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Linda Evangelista: “François-Henri Pinault me pidió que abortara”

La modelo sorprende con sus declaraciones en el juicio en que pide al empresario 35.000 euros al mes para el hijo de ambos

Yolanda Monge
La supermodelo Linda Evangelista, a su salida del juzgado de Nueva York, el 3 de mayo de 2012.
La supermodelo Linda Evangelista, a su salida del juzgado de Nueva York, el 3 de mayo de 2012.EMMANUEL DUNAND (AFP)

Linda Evangelista, la mujer que informó al mundo de que las supermodelos como ella no se levantaban de la cama por menos de 10.000 dólares al día, soltó ayer en un juzgado de Manhattan la carga de profundidad que nadie esperaba. La modelo declaró ante un juez que el multimillonario francés Francois-Henri Pinault, padre de su hijo Augustus, de cinco años, le pidió que abortara cuando supo que estaba embarazada.

Quienes fueran pareja por espacio de cuatro meses, espacio de tiempo que ayer Pinault matizó y redujo a “siete días”, se enfrentan desde el jueves en un juzgado de familia por la cuantía económica que el francés debe de pagar cada mes a la canadiense por la manutención del pequeño. “Ni siquiera la conocía tanto”, declaró Pinault. El empresario —gestor de Gucci, Bottega Veneta e Yves St. Laurent— no bendijo la declaración de Evangelista aunque sí confesó que le dijo: “Si vas a tener un hijo, nosotros no tendremos ninguna relación”.

Si Evangelista, todavía modelo a sus 46 años, ve sancionadas por el juez sus demandas contra Pinault, el pequeño Augustus, de cinco años, engrosará en su cuenta corriente —al menos mientras sea menor de edad— 46.000 dólares mensuales (35.000 euros), que es la cantidad que Evangelista reclama a Pinault.

El paseo por el juzgado no va a ser bonito. Sin duda habrá jugosos titulares cuando Evangelista exponga, entre otros argumentos, que su hijo Augustus merece vivir, al menos, igual de bien que la hija de cuatro años que el francés tiene con la actriz de origen mexicano Salma Hayek, con quien se casó en 2009; el 14 de febrero en París en una boda civil y dos meses después en Venecia, en una ceremonia religiosa.

Hasta el momento, Pinault se ha negado a aceptar las imposiciones económicas de su en otros tiempos amada. Según el empresario, una cosa es aceptar la responsabilidad moral de mantener a Augustus y otra muy distinta pagar un lujoso tren de vida a su madre, que entre otras extravagancias tiene a su servicio a un expolicía de Nueva York que la conduce -con una pistola en la cartuchera bajo el brazo- como chófer por Manhattan con una disponibilidad de 24 horas al día por el módico precio de 16.000 dólares al mes (12.000 euros).

El culebrón es impresionante. Por ejemplo, la modelo se queja de que si Valentina Paloma -así se llama la hija de Pinault y Hayek- tiene derecho a pasar los veranos en la Riviera francesa o en un chateau con sus abuelos paternos, su pequeño Augie debería de tener su propia mansión en el campo.

Una fuente cercana al empresario citada por The New York Post asegura que Pinault está dispuesto a ayudar económicamente a su hijo pero que no es muy partidario de que su nombre y sus negocios se arrastren por el fango y acaben en los periódicos sensacionalistas. La identidad del padre del niño tardó en conocerse porque Evangelista siempre se negó a desvelar el nombre. De hecho, la identidad de Pinault salió a la luz precisamente porque el asunto de la manutención llegó a los tribunales en julio del año pasado.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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