_
_
_
_

"Soy bastante intensito"

Una charla con el actor y músico, años después de 'Los Serrano' Inicia una gira con su nuevo disco y vuelve a TV con 'Luna, el misterio de Calenda' (Antena 3)

Ilustración del actor y cantante Fran Perea
Ilustración del actor y cantante Fran PereaTOMÁS ONDARRA

Pregunta. Anda que meterse en la Guardia Civil en Luna, El misterio de Calenda¿Le priva el tricornio?

Respuesta. Vamos de paisano, sin tricornio, y eso lo suaviza. Y llevamos el chaleco de PJ, de la policía judicial. Ahora me cruzo con los guardias civiles y me tratan con cariño.

P. Se le cuadran.

R. Me dicen: “compañero”. Y yo, feliz.

P. No les pierda el rastro. Siempre puede reciclarse si en la tele vienen mal dadas.

A CORTA DISTANCIA

Nos vemos en la terraza de un hotel del centro de Madrid, y él cuenta, entre trago y trago de agua, que está muy atareado, porque inicia la gira con su último disco, "que además es de producción propia". Es un chico normalito y encantador, listo, preparado y con los pies en el suelo. Dice que le gusta contar historias a través de sus canciones. Tiene proyectos en cine y teatro. Y mientras, persigue a alguna sanguinaria bestia no identificada desde la pequeña pantalla.

R. Claro. Rápidamente me preparo las oposiciones, y hala, adentro.

P. ¿La Benemérita puede con el hombre lobo? Porque les veo un poco pardillos.

R. Estamos en ello [ríe].

P. Supongo que, para esto de la licantropía, usted entrenará con León, su perro.

R. Sí. Me he llevado siempre muy bien con los perros. A los lobos no los he tratado tanto. Pero León ayuda.

P. Para lobos, los que se habrá encontrado en la vida civil, en su profesión.

R. Uff, muchísimos. He descubierto que el hombre es un lobo para el hombre. Te encuentras con gente que te pega unos bocados… Que quiere morder por encima de todo. Y hay que andarse con ojo y llevar una bala de plata siempre en el bolsillo.

P. ¿Le quieren morder? ¿Le pasa más con los hombres o con las mujeres?

R. Me pasa más con las mujeres, la verdad [risas]. Y a veces puede ser un problema.

P. ¿Va por la vida como en la tele, beneficiándose a la hija del jefe bajo la mesa de un bar?

R. Eso es una cosa muy bonita que sobre todo puede suceder cuando no sabes que es la hija de tu jefe ni que es menor de edad.

P. ¿En general, es muy de aquí te pillo, aquí te mato?

R. No. Me gusta que haya una conquista y un algo. Hace el proceso más interesante. Como decía Jorge Drexler, amar la trama más que el desenlace.

P. ¿Echaba de menos las series desde que creció el niño de Los Serrano?

R. Pues no, la verdad, porque he estado muy bien haciendo otras cosas. La tele tiene muchas cosas buenas, pero también es una especie de locomotora que va para adelante y no espera a si tú estás listo, si tienes sueño o si has comido. Pero ahora ha llegado esto, que era como volver a casa, volver a Globo, con Belén [Rueda]… Y dije: ahora toca.

P. Hizo de Don Juan en el teatro y se creyó el personaje hasta aburrir a familia y amigos. ¿Se cree irresistible?

R. Para nada, para nada, pero son las cosas que te da la profesión esta. De pronto te ponen en tus manos un material que hay que investigar y explorar.

P. Le veo por los sofás, rodilla en tierra. ¿No es verdad, ángel de amor, que en esta apartada orilla…?

R. Totalmente. A mí me pierde la entrega.

P. ¿Se entrega a todo?

R. Sí. En lo profesional y en lo personal. Soy bastante intensito. Y la autoexigencia al final te pasa factura. Pero la parte buena de ser intensito es que eres perseverante, generoso, solidario.

P. Estuvo en la plataforma de apoyo a Zapatero. ¿Haría un club de fans a Rajoy o se le caería la ceja del susto?

R. Sí, se me caerían las cejas, las dos. Ahora no está la cosa para apoyar, no. Cada día que te levantas hay un recorte. Un día no nos vamos a poder levantar de la cama, mirando el precipicio a nuestros pies. Y en cultura, desgraciadamente, somos los primeros que solemos caer. No se nos ve como una prioridad, sino como una cosa secundaria.

P. Creo que en su nevera nunca faltan tomates. ¿Los recoge del escenario?

R. No [ríe], los recojo del mercado. Es algo del sur, un atavismo que traigo del sur.

P. Pensaba cantar en Serbia, Macedonia, Finlandia y Polonia. ¿Más acá no se atreve?

R. He estado ya en Finlandia, pero más acá tenemos muchos conciertos, no sea mala: Zaragoza, Ávila, Madrid, Málaga.

P. ¿Qué más podría recortarle el Gobierno?

R. Las ganas de gritar. De protestar.

P. ¿Y usted qué recortaría al Ejecutivo?

R. Las tijeras.

P. “El cuerpo me pide ser polifacético”. ¿Da al cuerpo todo lo que le pide?

R. Intento dárselo, porque son dos días. Pero mi cuerpo es bastante normalito en sus peticiones: bajarme a Málaga con mi familia, estar con mi gente, comer bien, hacer ejercicio y placeres físicos, por supuesto.

P. De cero a diez, ¿qué nota merece como actor?

R. No soy yo quien me tiene que poner la nota. Que me la pongan otros.

P. ¿Le da vergüenza ponerse un 9,5?

R. Sí, me da vergüenza ponerme una nota muy alta. Que me la ponga mi abuela.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_