Cuestión de estilo
Tres británicos de alta cuna: Aston Martin Rapide, Bentley Continental GT y Jaguar XK Roadster
Al hablar de un determinado carácter nacional es fácil caer en los tópicos, aunque no se puede negar la maestría de algunos pueblos a la hora de fabricar excelencia. Un tipo que conduce un gran deportivo debe tener una escala de valores; ¿qué tal los zapatos italianos, los coches alemanes, las mujeres brasileñas y los vinos españoles? Todas las preferencias son respetables, aunque los vinos alemanes y los coches brasileños despierten pocas pasiones… Gran Bretaña es el país con más cultura automovilística del mundo, y cada fin de semana hay rallies, concentraciones y track days en circuitos por todo el país. Basta con viajar a eventos como los que se celebran en
Durante los años setenta y ochenta la industria automovilística inglesa pasó por muy malos momentos, con gamas obsoletas y de baja calidad. Era cuando a las secretarias de Jaguar les obligaban a coger el teléfono y decir: “British Leyland, ¿dígame?”. Afortunadamente, esos tiempos han pasado y cada una de las tres marcas que hoy nos ocupan viven un gran momento.
Tanto el XK como el Rapide emplean carrocerías autoportantes de aluminio, mientras que el pesado Bentley sigue empleando acero. El actual Jaguar XK se lanzó en 2006 y sustituyó al XK8, aunque en 2009 recibió importante mejoras y, el año pasado, ligeros cambios de diseño. Fue desarrollado cuando la firma pertenecía a Ford (1989-2008). El XK se arranca presionando un botón rojo y desde el principio las sensaciones son muy positivas.
En 2009 se sustituyó el anterior motor V8 de 4.2 litros por un V8 de 5 litros, con lo que la potencia pasó de 298 a 385 CV. Es la misma mecánica que lleva el XKR pero sin el compresor. Su sonido es poderoso y discreto, y el cambio automático ZF de seis marchas con levas en el volante encaja como un guante con la mecánica. Tiene modo de uso “Drive” o “Sport”. Como buen GT, permite viajar a un ritmo endiablado pero sin renunciar a una suspensión cómoda y a un amplio y cómodo interior, de gran calidad y con mucha clase. En cuanto a capacidad de frenada, nos ha parecido inferior a sus rivales.
No cabe duda de que es un deportivo práctico, con un maletero de 330 litros y un ángulo de giro muy bueno para maniobrar. Sin embargo, las plazas de Jaguar son las más pequeñas de los tres, y solo van cómodos niños de hasta siete u ocho años. La capota de lona tarda 18 segundos en retirarse eléctricamente y se puede accionar en movimiento, hasta un máximo de 16 km/h. Es un deportivo bellísimo y suave en el buen sentido, y está más cerca de un BMW Serie 6 que de un Porsche 911.
En cuanto a la calidad de acabados el Bentley es insuperable, y sólo Rolls Royce rivaliza con ellos
El Rapide nos parece el deportivo más interesante del grupo, por su rareza y originalidad. Está a la venta desde principios de 2010, y si has visto alguno por la calle has tenido suerte. Lo fabrica Magna-Steyr en Graz (Austria), donde se hace otro coche para potentados árabes, el Mercedes Clase G. Como dice uno de nuestros colegas ingleses, "un Aston debe tener tres cosas: un motor potente, una bella carrocería y alma". El Rapide ofrece las tres cosas y, además, unas puertas traseras...
En el Aston pueden acomodarse atrás dos personas de 1,85 sin problemas, aunque no es cómodo para viajes largos. Las piernas van algo justas al estilo Easyjet –no tiene la amplitud de un Panamera–, aunque no hay problema de altura. No obstante, el pasajero va algo encajonado junto el túnel de transmisión que separa las plazas traseras. El Rapide es esencialmente un DB9 alargado, lo cual ya dice mucho de él. Hay detalles tomados del cupé que enganchan, como las puertas, incluyendo las traseras, que se abren con un ligero ángulo hacia arriba.
En marcha, el Rapide revela pronto su personalidad: ante todo y sobre todo un deportivo, y además tiene cuatro puertas. Muy largo y muy bajo, en zonas de curvas rápidas gira con agilidad, oscila lo justo y el V12 empuja de verdad. Eso sí, hay que llevarlo más alto de vueltas que el V12 biturbo del Bentley para que se noten los caballos. La suspensión regulable y la dirección trasmiten, y el control de estabilidad –con modo “Track”– se pueden ajustar a gusto del conductor. No es una máquina para ir siempre cruzado como un M5, pero le gusta salir de las curvas con un ligero toque de contravolante. El cambio automático Touchtronic con levas –y curiosamente con los botones “P”, “D”, “R” y “N” en la zona alta de la consola– funciona muy bien en conducción deportiva, a pesar de no tener tanta garra como, por ejemplo, el de un E63 AMG de siete marchas. En el necesario compromiso que debe alcanzar cualquier GT, el Rapide oscila más hacia la deportividad que hacia el lujo.
Si nos quejábamos de las plazas del Aston, en la parte trasera del Bentley la cabeza te toca en el techo y te obliga a llevar el cuello torcido. Mejor que vayan atrás solo niños. Esto es un pequeño inconveniente de esta máquina, definitiva para viajar rápido y cómodo. Ninguno de los demás iguala la seguridad que transmite el nuevo Bentley –lanzado este año– a cualquier velocidad.
El XK y el Rapide emplean carrocerías de aluminio, mientras que Bentley usa acero
Un responsable de Bentley Madrid nos comenta que tiene clientes que ya les han hecho más de 300.000 km a sus Continental, que prácticamente no se bajan de ellos y que no han tenido ningún problema mecánico. Su calidad de fabricación es impresionante, y aunque ruedes por una zona de adoquines o llena de baches, no escucharás el menor ruido o crujido. Cuando salió dijimos que era el coche más completo del mercado y lo seguimos pensando. Otra cosa es que un Ferrari 599 o el mismo Rapide sean más excitantes.
Con el Continental también se puede disfrutar a fondo de la conducción. Si seleccionas la suspensión neumática en posición “Sport”, hay que ir muy deprisa para sentir la inercia en las curvas. El cambio de este W12 de 575 CV es el ZF de seis marchas, mientras que el nuevo Continental V8 dispone de ocho marchas. Hace poco leímos que Rowan Atkinson, el actor que encarna a Mr. Bean y que es un loco de los coches, decía que el Continental es un coche denso. No se nos ocurre ninguna definición mejor.
En cuanto a la calidad de acabados el Bentley es insuperable, y sólo Rolls Royce rivaliza con ellos. En este sentido, Jaguar y Aston Martin también están a muy buen nivel, aunque teniendo en cuenta la diferencia de precio entre ambos, el Aston debería estar todavía mejor.
Las plazas de Jaguar son las más pequeñas, y solo van cómodos niños de hasta siete u ocho años
Por rendimiento general, el motor Bentley de 575 CV es superior debido a su enorme par, pero el 6.0 V12 con 476 CV del Aston es muchísimo más gratificante. Ruge como ninguno, al estilo Ferrari. Comparado con ellos al XK y sus 385 CV, le falta la pegada del XKR de 510 CV, que no estaba disponible cuando hicimos esta prueba.
En todo caso el precio el XK es un chollo si lo comparamos con el de sus rivales, que cuestan casi doble: 207.960 euros el Aston y 205.230 el Bentley. Está claro que donde más pagas la marca es en el Aston, porque el Bentley es más avanzado y se nota que está mejor hecho. El Rapide no tiene turbos ni inyección directa ni tracción total, lo cual no es bueno ni malo. De cualquier manera, nos seduce como el modelo más exótico del lote, el que más valdrá como clásico y el que mejor encaja en el concepto de GT deportivo de toda la vida, a pesar de sus cuatro puertas.
Como conclusión, el XK es la compra razonable para quien busque un gran deportivo con el mejor inglés. Es menos potente que los demás, pero acelera casi tanto como el resto y le sobra motor como para que te quiten el carnet en pocos días. El Bentley es probablemente el automóvil más completo del mercado y, en cierto modo, su nivel de perfección técnica delata su origen germano. El Rapide se ganó muchos titulares por sus cuatro puertas, pero en el fondo eso es algo secundario. No es una berlina al estilo Panamera ni pretende serlo. Es un gran deportivo con muchísimo estilo y carácter. ¿Es caro? Por supuesto, pero tener un Aston en el garaje tiene un precio.
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