La política como solución
La destrucción del Estado de bienestar es un hecho. No hay más que ver las sucesivas noticias de cierre de hospitales o despidos en el sector educativo. La excusa es que el coste de mantenimiento es demasiado alto.
Parece paradójico que mientras se dice esto, el sector bancario europeo haya recibido hasta 2,8 billones de euros entre rescates a los bancos e inyecciones de liquidez. La razón de esta incongruencia (neoliberal) parece sencilla: mientras que los grandes lobbies financieros tienen herramientas para presionar a los Gobiernos, el dependiente o el enfermo se encuentra en situación de indefensión. Y claro, es mucho más fácil atacar al que no puede defenderse.
La raíz de este problema se encuentra en que los ciudadanos nos hemos resignado a que sean los mercados los gobernantes de facto, siendo el político un mero intermediario en este macabro juego. La solución es simple, hay que poner la política al servicio del ciudadano y no al de los mercados.— Unai López Fuentes.
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