El Asiático
Wikipedia apunta dos teorías. Una atribuye su invención a Pedro Conesa, propietario del bar Pedrín en el pueblo de Albujón, a principios de la década de los pasados cuarenta. Otra incide en su origen portuario y supone que deriva del café de recuelo que los pescadores tomaban para calentarse durante sus faenas tempraneras. Hipótesis que me suena más lógica. Aún así lo más curioso son los refinamientos que rodean a este café mediterráneo.
En su interior, dos vasos de cristal tallados, una bolsa con café, dos ½ botellas, una con Licor 43 y otra con brandy Soberano, un tubo de leche condensada La Lechera, y un sobrecito con granos de café y palos de canela. Y como remate, el díptico con la receta.
Como su objetivo era que disfrutáramos con un buen asiático le había pedido a su amigo Francisco Bernal (www.cafesbernal.es), virtuoso de la zona, que se acercara a prepararnos uno. Gracias a ambos he probado por vez primera en mi vida un asiático como mandan los cánones.
¿Pero qué demonios es un asiático? Algo tan sencillo como la superposición de un café bombón (café con leche condensada) y un carajillo (café con brandy) Dos en uno, mejor que ambos por separado. Sólo que en este caso -- detalle estratégico -- se le añade al conjunto una cucharadita de Licor 43 y, si se quiere, canela rallada. Contundente pero magnífico para los golosos como es mi caso.
Nos quejamos a veces de la falta de diseño que tienen muchos productos de alimentación españoles y citamos como ejemplo el packaging de franceses e italianos. El estuche del asiático deja claro lo que puede dar de sí un café ilustrado con web y receta incluida (www.asiaticocartagena.com)
Un ejemplo para quienes les gusta innovar a partir de lo cotidiano.
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