Las condiciones de vida en los CIE

A pesar de las últimas noticias aparecidas en su diario sobre las inhumanas condiciones de vida en los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE), echamos en falta una reacción mediática y social de denuncia y rechazo más enérgica, pues no se trata de sucesos aislados o anecdóticos, sino de una política generalizada y continuada.

El trasfondo de la noticia no es cualquier cosa, sino que tiene que ver con algunos de los bienes más preciados en cualquier sociedad: la libertad (o su privación) y la vida (y su protección). Se trata de una urgente cuestión de derechos humanos básicos: todos los días se suceden decenas de redadas racistas, sometiendo a una parte de la población a un terrorífico régimen de excepción que amenaza con la privación de libertad a personas que no han cometido ningún delito, solo una falta administrativa (como aparcar un coche en doble fila, por ejemplo): no tener papeles.

A pesar de eso, miles de ellas acaban encarceladas en unas condiciones tan lamentables que en estas últimas semanas se han producido varias muertes perfectamente evitables.

En su momento, todo el mundo puso el grito en el cielo ante los abusos de islas de vacío legal como Guantánamo, y resulta que tenemos uno al lado de casa. No podemos permitir algo así.

¿Cuántos inmigrantes deben morir para que los CIE se conviertan en portada? Nuestro silencio es cómplice.— Eric Jalain Fernández y cinco firmas más.