Amor y odio zombi
Una tienda de segunda mano reconvertida en restaurante zombifica el 'underground' madrileño
Por José Fernández-Pacheco
Zombie Bar. Bar y restaurante. Calle del Pez, 7. Madrid. Metro: Callao y Noviciado. Horario: de martes a domingo, de 10.30 a 2.00 ininterrumpidamente. Wifi gratis.
De Allan Poe a Alaska, los muertos vivientes han inspirado una cultura popular que salpica la serie B y, en el Madrid de hoy, un local en torno al que gravita una divertida pandilla de agitadores nocturnos y creativos que comparten código estético: tatuajes, audacia capilar, skate angelino, fajos de billetes, chicas guapas –dignas de un videoclip gangsta– y vinilos. Hablamos de los Zombie Kids y de su Zombie Bar, otrora tienda de segunda mano transformada por sus mismos dueños en restaurante y cuartel general de esta especie de tribu que, como cualquier historia de éxito, despierta tantas pasiones como aversiones.
Tras triunfar como maestros de ceremonias de una serie de macrofiestas (que siguen llenando la madrileña sala Marco Aldany cada miércoles), decidieron suministrar dosis diarias de su medicina a los adeptos. Entrar en su bar es penetrar un universo de grafitis,reciclaje, gadgets vintage, reproducciones de Obey o Basquiat y guiños a la cultura de masas y al trash ochentero. Lo mejor es que junto al hipster habitual –y el recuerdo de lo que en la década anterior se vino a llamar la removida madrileña, una versión capitalina del electroclash neoyorquino– es frecuente encontrar a una cuadrilla de toreros repeinados buscando una experiencia extrarradial o a unos manifestantes anarquistas aguardando que llegue a casa la vecina más ilustre del barrio, Esperanza Aguirre.
Recomendado si… te van los sitios con su propio 'star system'. La corte de 'it girls' que frecuentan el local es digna de conocer.
No vengas si… no haces migas con lo 'trash', lo 'retro' , lo 'enrollao' y los tatuajes. Si es tu caso, pide 'take away' de sus exquisitas hamburguesas.
Aparte de un ambiente sorprendentemente relajado para el pastiche referencial que maneja, el factor diferencial que aúna a tan dispar fauna es la comida, exquisita. Una carta-cómic de superhéroes de inmejorable relación calidad-precio. Atención a las hamburguesas vegetariana y de pescado (capaces de desmontar cualquier mito), las guarniciones de zanahoria y patata, el cheesecake y la infusión ginger-lemon de Twinings, difícil de encontrar en Madrid.
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