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El zarpazo de la mujer pantera

Aumenta el número de mujeres de más de 50 años que eligen parejas más jóvenes

Juan Jesús Aznárez
La actriz Courteney Cox.
La actriz Courteney Cox.GTRES

Perdido el miedo al divorcio y a la soledad, aumenta el número de mujeres que optan por vivir plena y libremente a partir de los 50 o 60 años con parejas más jóvenes. La arraigada tendencia de los maduros a preferirlas modosas y juveniles, está siendo acotada por un fenómeno en alza conocido en Estados Unidos como las cougar: las mujeres pantera, que rompen estereotipos y compiten con el hombre en el campo laboral, social y sexual. Su determinación causa inseguridad y desasosiego en a muchos hombres que las moteja de felinos porque actúan con astucia y fiereza.

El matrimonio de la actriz Demi Moore (de 49 años) con Ashton Kutcher (33 años), recientemente concluido, no hizo sino engrosar la relación de mujeres convencidas de que el atractivo no se agota en la tersura de la epidermis: las actrices Catherine Deneuve, Charlotte Rampling, Sharon Stone, Madonna, Susan Sarandon, Joan Collins, Sadie Frost y Francesca Amis, todas mayores que la protagonista de La teniente O'Neil, son algunas de las pioneras de ese cambio de valores.

Pero no hace falta pertenecer al mundo del cine, ni formar parte del microcosmos de Sexo en Nueva York para acceder al club, a la comunidad de mujeres que recobran la ilusión y la seguridad en sí mismas al cabo de largas y fallidas convivencias o después de haber enviudado. A juzgar por sus declaraciones y el atrevido vestuario de algunas poses fotográficas, Ana Rodríguez y Marina Danko  hasta hace poco esposas del político socialista José Bono y del torero Sebastián Palomo Linares parecen encajar en el apartado de exconsortes decididas a no dejarse devorar por el desánimo. “Adiós señora Bono, hola Ana”, tituló la revista Vanity Fair. Mientras otro reportaje de ¡Hola! glosa la figura de la colombiana Danko, que posa sentada en una terraza cercana a la universidad parisina de la Sorbona, en actitud pensativa, intelectualmente ensimismada, inclinada sobre un cuaderno de notas que muestra escrita en las tapas una reflexión que sugiere la finalización de un matrimonio asfixiante con el diestro: “En fin, la liberté (por fin, la libertad)”.

Muchas mujeres recobran la seguridad al cabo de largas y fallidas convivencias o después de haber enviudado

La cuenta bancaria de Jennifer Aniston o Courteney Cox puede influir en el éxito o fracaso de la nueva aventura existencial, en compañía o no de un hombre más joven, pero aún con estrecheces, crece el contingente que prefiere la liberación, y el sexo sin tabúes, al conformismo. Las más valientes de una generación que contrajo matrimonio al grito de “contigo pan y cebolla”, pronunciado en español, inglés o alemán, abanderan una revolución contra la mansedumbre de género que prendió con fuerza.

La emancipación fue abordada por Linda Franklin, exejecutiva de Wall Street, en el libro Don’t ever call me ma’am (Jamás me llame señora). Y todavía vitalista, la exchica Bond y estrella de televisión de Avengers Honor Blackman, de 79 años, se sumó al colectivo reconociendo que no es muy buena viviendo con otras personas. “Es lo que ha que he aprendido de mis dos matrimonios y divorcios”. Otras nunca aprendieron desembarazarse de matrimonios vegetativos o infelices por imponderables económicos, familiares y miedo al salto al vacío.

'Sexo en Nueva York' popularizó la imagen de la mujer liberada

La serie televisiva Cougar town, producida por la cadena norteamericana ABC y protagonizada precisamente por Courteney Cox, exhibe legiones de divorciadas persiguiendo a hombres más jóvenes en una pequeña población del Estado de Florida. La ficción cinematográfica no es gratuita, pues se fundamenta en informes como el publicado por la Asociación Americana de Personas Jubiladas: más del 30% de las mujeres de edades comprendidas entre 40 y 69 sale con hombres que son 10 años más jóvenes o más, que no necesitan pastillas azules o extenuantes sesiones de estimulación para consumar el débito conyugal.

El revolcón social escenificado por Sarah Jessica Parker y las otras chicas de Sexo en Nueva York popularizó la imagen de la mujer libre y liberada. El personaje más resuelto, con frecuentes relaciones heterosexuales y homosexuales, es la pantera Samantha Jones, interpretada por Kim Cattrall, de 56 años. Prosperan, en definitiva, mujeres que no buscan en sus parejas sesiones magistrales sobre literatura, música o física cuántica, sino el optimismo, vigor y acompañamiento de los nuevos amantes en uno de los tramos más ilusionantes de sus vidas.

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