Desafíos de la prensa africana
Mapa de Yanko Tsvetkov en su proyecto titulado mapping stereotypes.
Cheriff Moumina Sy, presidente del Foro de Editores Africanos, afirma en el último de los Cuadernos africanos publicados por Casa África que hablar, a día de hoy, del estado de la prensa escrita y de la democracia en los países africanos es describir una prensa mayoritariamente artesanal y empobrecida en pleno siglo de la revolución tecnológica de la información y de la globalización de la economía. "Es perfilar periodistas heroicos y sin medios, frisando el martirio y la miseria en su vivencia profesional cotidiana; es analizar los poderes del Estado sometidos a la tensión entre las aspiraciones de los ciudadanos a una completa libertad de expresión y la voluntad de los gobiernos de restringirla bajo el pretexto de satisfacer las denominadas condiciones contractuales establecidas por sus socios en el desarrollo". También es evocar las prácticas represivas de los regímenes autoritarios de ayer, reconvertidos hoy; las confusiones del doble lenguaje de los que deciden ahora, herederos y continuadores de los que lo hacían antes.
Moumima, periodista, analista y director del semanario Bendré, miembro del consejo de administración del Fondo para el Desarrollo de los Medios de África occidental (que organiza el Festival Internacional de la Libertad de Expresión y de Prensa cada dos años),expone en su escrito la situación de la prensa, las dificultades encontradas en el ejercicio de la profesión y la politización de los medios de comunicación africanos.
Los años noventa, cuenta, fueron los de las luchas de varios pueblos africanos por concretar sus aspiraciones a la libertad y la democracia. "Estas luchas permitieron el nacimiento de una prensa plural e independiente. Este pluralismo mediático opera en concomitancia con el multipartidismo. Así, los países de diferentes regiones de África registraron la aparición de nuevas cabeceras de periódicos que desde entonces cohabitan y compiten con los legendarios medios del Estado".
En este universo altamente competitivo y complejo, los medios y sus actores conocen diferentes destinos. "Para algunos periodistas y sus medios, su existencia o su supervivencia depende de un verdadero vía crucis, un calvario permanente. Otros navegan de privilegio en privilegio. Una u otra situación depende en gran parte del estado de la democracia y del nivel de desarrollo económico y social de los respectivos países. (...) El desarrollo tecnológico ha favorecido el nacimiento de medios de prensa escrita y audiovisuales. En las cinco regiones del continente, funcionan los periódicos, las radios y las televisiones privadas. Estos medios conservan una cierta autonomía y una independencia en sus relaciones con el poder político".
Publicidad de la cadena France 24 en la que hablaba de la crisis de Darfur.
"Durante mucho tiempo, la prensa fue considerada un accesorio en nuestros Estados.Así, a modo de consecuencia, los periodistas son tratados con una condescendencia que raya el desprecio. Con la llegada de los procesos democráticos y la aparición de nuevas cabeceras y medios, la imagen del periodista no ha sido sanada. En África, los periodistas viven en condiciones materiales inaceptables hechas de miseria, en realidad de mendicidad. Están mal pagados y no se benefician de ningún seguro de salud, más que necesario por los riesgos de la profesión. A pesar de la adopción aquí y allá de un convenio colectivo aplicable a la prensa, la cuestión salarial no ha evolucionado. Ciertos periodistas experimentados y diplomados continúan recibiendo sueldos que apenas llegan al salario mínimo interprofesional mientras que sus camaradas que trabajan en otros campos menos expuestos y menos limitados —ong, agencias de comunicación— están mejor pagados. Esta triste realidad no hace honor a la profesión y constituye uno de los mayores obstáculos para su ejercicio".
Las empresas de comunicación pasan también serias dificultades, principalmente de tipo económico. "En nuestros días, los espacios de libertad arrancados a costa de una larga lucha por parte del pueblo redujeron el fenómeno de la censura en muchos estados africanos. Existe pues la censura. Mientras tanto, otras formas de presión más perniciosas son ejercidas sobre las empresas mediáticas por parte de los poderes públicos. Se trata sobre todo de la presión fiscal (...). Estas dificultades serían menos lamentables para las empresas de comunicación si el mercado publicitario fuese más variado y su reparto fuera más equitativo. Pero, desgraciadamente, el mercado de publicidad y anuncios sigue siendo marginal en muchos países".
Las dificultades son inmensas: "Hay países en los que los periódicos sólo pueden contar con las ventas. Este modo de financiación también es irrisorio porque muchos factores hacen que el proceso no suscite demasiado entusiasmo: los bajos ingresos de los lectores potenciales que hacen que comprar un periódico sea un lujo y la tasa elevada de analfabetismo que priva a muchos ciudadanos del privilegio de la lectura. A estas dificultades se añade el caso de los compañeros que sufren diversas amenazas".
Grand Mosque en Bobo-Dioulasso, Burkina Faso. Fotografía de Semiliki.
En Burkina Faso, su país, las radios privadas fueron saqueadas por militares amotinados durante la sublevación de mediados de abril de 2011. Todas estas presiones tienen la finalidad de eliminar toda serenidad en el ejercicio de la profesión de periodista en África. "En tal entorno hostil, es grande la tentación de encontrar una forma de salvarse el pellejo". Una de esas formas sigue siendo la politización de los medios de comunicación, asegura. "En lugar de mantenerse equidistantes de todos los actores políticos que se disputan el poder, algunos medios toman partido por tal o cual campo. La objetividad y la honestidad en el tratamiento de la información, tan caras a la deontología y la ética de la profesión, son por tanto pisoteadas. En África francófona, Costa de Marfil es el país donde se ejerce esta forma de periodismo que desvirtúa en muchos aspectos el oficio. En ese país, por ejemplo, cada partido que cuenta en el tablero político dispone al menos de una cabecera que le es cercana".
Apunta los casos de los periódicos Notre Voie del ex presidente Laurent Gbagbo y Le Patriote del nuevo presidente de la república de Costa de Marfil, Alassane Dramane Ouattara. "Las líneas editoriales de estos periódicos tienen un color político y el tono se corresponde con las enemistades que caracterizan el juego político".
Así pues, pone el autor en cuestión la credibilidad de este tipo de medios: "Y son estos medios politizados los que legitiman el trabajo de las instancias de regulación en el país. Conclusión. La prensa jamás se ha enfrentado a un desafío tan importante en África: sobrevivir para salvar la democracia, luchar contra la corrupción y los desvíos, impulsar la buena gobernanza y acompañar el desarrollo".
Pero, ¿cómo ganar esta apuesta en un ambiente política y económicamente hostil? "La reflexión debe llevarse al territorio del desarrollo institucional y el refuerzo organizativo de la prensa en África a fin de que ésta pueda ejercerse dignamente y sin obstáculos ni complejos en su labor de contrapoder".
Luego Cheriff Moumina Sy cuenta su experiencia particular al montar, con muchas penalidades, el semanario Bendré: "Es la pequeña historia de una convicción y la expresión de una pasión".
Pero para leerla completa hay que irse a la fuente: Cuadernos africanos. Comunicación. Si hablas de nosotros... * Al autor se le puede escribir en sycheriff@yahoo.fr
Un interesante estudio es el de Periodismo ciudadano y democracia en África, del profesor Fackson Banda (Rhodes University).
Otros muchos estudios e iniciativas sobre los mass media en el continente se pueden encontrar navegando por el archivo de la Universidad de Stanford.
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