Detenido el padre de un menor fallecido en San Sebastián
El arrestado llevaba siete días en paradero desconocido
La Ertzaintza ha localizado y ha arrestado en la noche del miércoles a Luis M. S., de 38 años, el padre del menor fallecido el pasado 1 de diciembre en San Sebastián. El cuerpo de Julen S., de 13 años, fue localizado en un piso del barrio de El Antiguo por un amigo de la familia. Su progenitor permanecía en paradero desconocido desde entonces y en la noche del miércoles se encontraba en dependencias policiales, detenido por un delito de omisión del deber de socorro.
La policía vasca ha determinado que el arrestado se encontraba en el piso en el momento en el que falleció su hijo, el cual se quitó la vida provocándose una herida con un cuchillo en el abdomen, según concluyó la autopsia. La Ertzaintza investiga ahora la implicación del progenitor en el fallecimiento del niño, mientras mantiene como principal hipótesis el suicidio.
Los agentes arrestaron a Luis M. S. en el domicilio de su madre, en el que residía habitualmente desde que comenzó los trámites de separación con su mujer. El matrimonio tenía además otros tres niños pequeños. La Ertzaintza se personó a última hora de la noche en la vivienda, a la que el arrestado había regresado poco antes, según el Departamento de Interior vasco.
La incógnita de la desaparición
Aunque la autopisa practicada al menor el mismo día de su fallecimiento determinó que la herida que le causó la muerte fue autoinfligida, la Ertzaintza no cerró el caso ante la incógnita de la desaparición del padre. Luis M. S. huyó supuestamente del domicilio de su madre a las cinco de la madrugada del 1 de diciembre, y a mediodía un amigo de la familia encontró el cadáver del niño en el domicilio, en el número 5 de la calle Logroño, en el que había residido la familia hasta que los progenitores decidieron separarse.
La policía manejó incluso en un primer momento la hipótesis del homicidio, descartada en cuanto se efectuaron los primeros exámenes al cuerpo del menor. Aún así, todavía quedaban muchos cabos por atar, el principal, si padre e hijo se habían visto aquel día. A pesar de que no se produjo ningún cruce de llamadas entre ambos, según fuentes de la investigación, la Ertzaintza nunca descartó esa posibilidad.
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