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Sánchez-Camacho se ofrece a ser la interlocutora de Mas con Rajoy

Los populares ganan tres escaños pero no baten su récord de 2000

La de hoy ha sido una noche agridulce para el Partido Popular en Cataluña. Además de celebrar la mayoría absoluta de Mariano Rajoy, el PP catalán ha pasado de ocho a 11 escaños y ha recuperado, con Enric Millo, el diputado por Girona que habían perdido en el 2004. En el lado amargo, y contra los pronósticos de las encuestas y de los propios líderes del partido, no han logrado superar el resultado del año 2000 cuando lograron 12 diputados en el Congreso. Este resultado permitió que Sánchez-Camacho se ofreciera ayer a Artur Mas para ser su interlocutora con Mariano Rajoy.

Con el 94% de los votos escrutados, el PP ha obtenido 691.416 sufragios, el 20,70% de las papeletas depositadas. Esto significa un avance de poco más de cuatro puntos respecto a las pasadas elecciones, es decir, 80.943 votos más. Los populares logran sus nuevos escaños en Girona, Tarragona y Barcelona. "El partido ha crecido de manera notabilísima en Cataluña, ahora solo nos separan siete puntos del PSC, en las pasadas elecciones fueron 30", ha asegurado Jorge Fernández Díaz, candidato por Barcelona.

Nadie en Cataluña se esperaba el triunfo de CiU, y el PP no era la excepción. Sánchez-Camacho ya había dejado escapar en sus últimos mítines que pretendía tener una relación de tú a tú con el Ejecutivo de Artur Mas. "Que se preparen los dirigentes de CiU porque esto tan solo acaba de empezar" llegó a advertir Sánchez-Camacho el viernes en Blanes.

Para entender el resultado histórico que obtuvo el PP en Cataluña, hay que remontarse a la noche electoral de 2008. Ese día Sánchez-Camacho también vivió una jornada agridulce: el partido ganaba dos diputados y aumentaba en voto, pero ella no logró recuperar el escaño por Girona. El entonces presidente Daniel Sirera también fracasaba en su intento de ser segunda fuerza. Además el partido se dividía en luchas internas, que llegaron a su punto más álgido en julio de ese mismo año, cuando en el Congreso Nacional Sánchez-Camacho se hizo con la presidencia en unas reñidas elecciones con Montserrat Nebrera.

Rajoy aprovechó para tirarle las orejas a los suyos en Cataluña. "Hoy somos los terceros y depende de nosotros. Si hemos podido en otros lugares, también vamos a poder en Cataluña, porque no tenemos vocación de partido minoritario", dijo. Sánchez-Camacho recogió el guante y pidió más ayuda a Génova, a quien recordó que tendría que mimar Cataluña si quería llegar a La Moncloa.

Ambos tomaron nota. En una de sus dos visitas a Cataluña Rajoy recordó que desde 2008 ha estado 49 veces en tierras catalanas. Sánchez-Camacho, por su parte, logró unificar al partido y cumplió sus compromisos. Después de obtener 18 escaños en el Parlament, ganando cuatro más que en el 2006, en las pasadas municipales duplicó su número de concejales, pasando de 284 a 475. Se hizo con dos alcaldías importantes como la de Badalona, con Xavier García Albiol, y la de Castelldefels, con Manuel Reyes.

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