Contorsionistas de la flexibilidad
Oremos: "Oh, San Precario, danos hoy la maternidad pagada, protege a los ángeles de los locutorios y a las cuidadoras migrantes. Sálvanos de los lúgubres despidos. Ruega por nosotros, interinos y cognitarios. Acuérdate de las almas de los decaídos contratos. No te olvides de los torturados por el libre mercado y la flexibilidad, que nos rodean de incertidumbre sin futuro ni vivienda, sin pensiones ni dignidad. Ilumina de esperanza a los trabajadores en negro. Por los siglos de los siglos, ¡MayDay!"
Gane quien gane las elecciones, le pondremos una vela a San Precario. Los partidos no sólo no han sabido escuchar las voces del precariado, sino que a través de sus recortes sociales, sus políticas de privatización y su apuesta por la flexibilidad, le han dado motivos para echarse a las plazas y clamar, descontentos: "¡No nos representan!" El próximo 20-N, ahí va nuestra tesis, dejará sin representación real a toda esa masa social precaria; cada "voto nulo" significará la nula capacidad de nuestros políticos de traducir las nuevas formas de vida e incluirlas en sus programas y campañas.
Los nuevos fieles de San Precario desafían la capacidad de lectura de partidos y sindicatos
El modo de vida precario es el del trabajo a tiempo parcial, los contratos basura, la jornada laboral infinita, la incertidumbre y la falta de garantías. Es la vida gobernada por la intermitencia, la que quiebra toda posibilidad de proyecto. Vida animal, supervivencia. La Xunta recorta hoy plazas de profesores, reduce las becas de investigación y suprime las ayudas al sector cultural. Becarios explotados, estudiantes sobretitulados trabajando de otra cosa, diseñadores y "creativos", informáticos y teleoperadoras, sin papeles, currantes de fast-food, dependientas, camareros sin contrato, gentes del espectáculo... El mileurismo es hoy un lujo, la quimera del oro del precariado.
El Euro MayDay se celebró por vez primera en Génova, en 2001. En sus manifestaciones, el precariado fue lanzando ese grito de alerta y socorro, anunciando a los media y a los políticos la irremediable consolidación de la infraclase contemporánea. Procesiones, estampitas y peregrinaciones rendían homenaje a San Precario, patrón de los maltratados por el sistema. Sus plegarias se iniciaban en Italia y pronto llegarían a España y otros países. Las políticas internacionales de flexibilización y las promesas de empleo traían inestabilidad y legitimaban nuevos regímenes de control y explotación. No fue un día cualquiera, sino precisamente el primero de mayo, la fecha fijada para esta nueva "fiesta del trabajo". De este modo, dejaban claro que partidos y sindicatos rezaban un credo distinto.
Si bien, antiguamente, el precario era aquel que rezaba ?del latín prece?, hoy el precario es el que trabaja y no cotiza, el currante que no llega al salario mínimo o al que le sobra "un montón de mes al final de cada sueldo". Las acampadas del #15M se poblaban de este paisaje de vidas precarias, proyectos a la deriva e itinerarios fragmentados. El Euro MayDay confirmaba la transición histórica del proletariado fordista al precariado postfordista. Los obreros de la fábrica convivían ahora con una suerte de trabajo inmaterial difícil de cuantificar en términos de productividad. La información, los afectos, el lenguaje, se convertían en las bases de nuevas formas de trabajo que ya no ocupaban ni el lugar de la fábrica ni el tiempo reglado de los contratos. Este nuevo sujeto histórico y político, el precariado, se compone, como veíamos en las acampadas gallegas, de múltiples rasgos y perfiles. Lejos de la unicidad con la que la clase obrera ha sido interpretada y representada históricamente por los partidos de izquierda, los nuevos fieles de San Precario suponen un desafío, en tanto multitud y cuerpo heterogéneo, a la capacidad de lectura y comprensión de partidos y sindicatos.
Hoy, precarios e indignados exigen, entre otras medidas, la abolición de la deuda y una "renta básica" que garantice la posibilidad de una vida digna y que reconozca la productividad que trasciende los muros fabriles y los tiempos de la oficina. El modo de vida precario probablemente sea el tuyo. Te aseguramos que es el nuestro. Pase lo que pase, el 20-N prenderemos una vela y rezaremos juntos. Por los siglos de los siglos.
Zoopolitik es un grupo de investigación política formado por los activistas Antón Fernández de Rota, Carlos Diz Reboredo, Martín Cebreiro López y Rosendo González.
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