Polémica por las operaciones en los hospitales privados
Gómez aseguró ayer que la Jiménez Díaz hace menos trasplantes renales que hace diez años y más operaciones de cataratas, más baratas.- Los jefes de servicio del centro, indignados
El debate de ayer en el pleno de la Asamblea de Madrid fue cualquier cosa menos tranquilo. La presidenta regional, Esperanza Aguirre, y Tomás Gómez, líder de los socialistas madrileños, se esforzaron por ser ingeniosos -"el Papandreu de Parla", le llamó ella; "la Berlusconi de Madrid", la apodó otro diputado socialista- y no ahorraron en acusaciones mutuas. Aguirre llamó mentiroso a Gómez, y éste atacó a la presidenta diciendo que ha puesto a la Sanidad madrileña "de rodillas" ante las constructoras. Fue precisamente la Sanidad, y concretamente la privada, que centró buena parte del tenso debate, la que generó una polémica que se ha prolongado hasta hoy.
Gómez aseguró ayer que los tratamientos más costosos se están derivando a los hospitales públicos tradicionales, los que se gestionan de manera directa, mientras que las operaciones más baratas se quedan en los centros gestionados en parte por las constructoras. Vino a decir que los pacientes más graves y los crónicos se están derivando hacia los hospitales enteramente públicos para ahorrarse ese coste. Y puso un ejemplo. La Fundación Jiménez Díaz, hospital privado concertado con la sanidad pública madrileña, hacía hace 10 años tres veces más trasplantes de riñón que ahora. Y durante ese periodo, han aumentado las operaciones menos costosas, como las de cataratas.
Esa afirmación de Gómez, referida a un hospital en concreto, ha provocado hoy la reacción de los jefes de servicio de la Jiménez Díaz, propiedad del grupo Capio Sanidad (con 25 centros en cuatro comunidades autónomas), que afirman en un comunicado que el secretario general del PSM "falta por completo a la verdad" cuando afirma que la Fundación realiza tres veces menos trasplantes que hace 10 años.
Los datos que ayer ofreció Gómez son, sin embargo, correctos. Las memorias publicadas por la propia Fundación Jiménez Díaz avalan su afirmación. La memoria de 2000 asegura que el hospital hizo 21 trasplantes renales. La de 2010 afirma que se hicieron ocho. No llega a tres veces más, pero casi. En el caso de las operaciones de cataratas, el dato comparable es el de la Unidad de Cirugía sin Ingreso de Oftalmología, que realizó 1.759 intervenciones en 2000 (la mayoría, de cataratas). En 2010, según la memoria, Oftalmología realizó 5.572 intervenciones ambulatorias (es decir, sin ingreso).
El comunicado explica a qué se debe la menor cifra de trasplantes y precisa que ha disminuido el número de pacientes que forman parte de la lista de espera de la Fundación. También señala que antes de 2003 se hacían muchos trasplantes de otras comunidades autónomas y que, con las transferencias sanitarias, esas operaciones se realizan ahora en los hospitales de referencia.
Más allá de los datos, lo que ha indignado a los profesionales es que se ponga "en entredicho el buen hacer profesional y la calidad de los servicios", de los que aseguran sentirse "orgullosos". Los firmantes del comunicado "lamentan profundamente que circunstancias ajenas al desempeño profesional (como el marco de una campaña electoral), promuevan declaraciones" como la de Tomás Gómez. "Como profesionales de la Fundación Jiménez Díaz queremos dejar constancia de que nunca rechazamos ningún paciente por el grado de complejidad, y mucho menos por una cuestión económica".
"Los datos de las memorias muestran que la actividad compleja, la más costosa, ha disminuido y la menos compleja, que es la más rentable, ha aumentado", ha asegurado esta tarde el portavoz de Sanidad del PSM, José Manuel Freire. "No hemos dudado de la profesionalidad ni de la calidad de los servicios, nos hemos limitado a constatar un hecho sin hacer análisis", ha añadido.
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