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Columna
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Bah

Están pasando tantas cosas últimamente que el suspenso que acaba de darle Moody's a la Comunidad Valenciana, al bajarle su nivel de riesgo hasta Baa2, ha pasado casi desapercibido. El personal ni se ha inmutado. Los enterados bastante tienen con lo de ETA, así que se han limitado a decir: bah. Los inconscientes están muy ocupados con el nombre de las falleras mayores y han dicho lo mismo: bah. Hasta el conseller de Economía se ha dejado llevar por esta vorágine de pasotismo y también ha dicho bah. Pero no, seamos justos, la verdad es que lo que hizo fue echarse las manos a la cabeza y decir: ¡Baa! No solo eso: ni corto ni perezoso ha emitido bonos patrióticos a ver si así parchea un poco nuestra maltrecha economía. Incluso se ha buscado un primo de Zumosol que dice que aunque gana poco, está dispuesto a tirar el dinero y comprar algún bono que otro.

Curioso producto este de los bonos patrióticos. (Aclaración: no tienen nada que ver con el señor Bono y sus soflamas patrióticas sobre los toros y demás: a este no hay quien lo coloque en el mercado de deuda). Los bonos patrióticos son un invento de las autonomías mediterráneas. ¿Será que el corredor se va a financiar con bonos?: pues ya pueden irse preparando a exportar sus productos en el maletero del coche. Pero los bonos no son algo exclusivo de este país de locos. Durante la primera guerra mundial las potencias centrales se pusieron a vender todo tipo de artesanías patrióticas: juegos de café, cubrecamas, pipas, medallones, jarras..., un montón de cachivaches que llevaban grabada la divisa del emperador Francisco José I: Viribus unitis, "con las fuerzas unidas".

No sé..., yo que el señor Verdeguer me pensaría esto de los bonos patrióticos. ¿De verdad cree que va a conseguir colocarlos? Hombre, me consta que el interés es alto, pero las garantías son tan poquitas que casi parecen bonos griegos. Vista la quita de deuda que la UE acaba de aplicarle a Grecia, podría ocurrir que los compradores de bonos valencianos no solo perdiesen el capital, sino que, además, se encontrasen con que deben dinero, como les ocurre a los desahuciados con hipotecas. ¿No sería mejor vender artesanía patriótica? Ya me imagino a las señoras valencianas haciendo tapetes, a los honrados artesanos modelando cerámica, a la laboriosa juventud soldando paellas... Calle, calle, ¿no se ha enterado de que ahora esas cosas las fabrican en China y que aquí no sabemos mas que dar pelotazos? Es cierto, habrá que ofrecer pelotazos patrióticos. Por ejemplo: podríamos tabicar el Ágora, que no sirve para nada, y vender apartamentos con vistas a la Ciudad de las Artes y de las Ciencias. O parcelar el aeropuerto de Castellón para un PAI. O alquilar la Ciudad de la Luz de Alicante como guardamuebles. Lo importante es el lema, algo que de verdad defina a la autonomía valenciana: ¿qué tal meninfot o, lo que es lo mismo, bah?

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