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"Si me matas, hazlo en mi casa, que no encuentren mi cuerpo podrido"

Una víctima de violencia de género relata al tribunal que juzga a su expareja las veces en las que intentó quitarla la vida, en una de ellas de 10 puñaladas

Una presunta víctima de violencia de género, María Teresa A.P., ha relatado esta mañana en la Audiencia Provincial de Madrid que juzga a su expareja las veces en las que este intentó quitarle la vida, como un episodio en el que ella le rogó que la matara en su domicilio para evitar que su familia encontrara 15 días después su cuerpo podrido en un descampado. En la primera sesión del juicio, Esteban Joaquín F.R. se ha sentado en el banquillo por una larga ristra de delitos de violencia de género, entre ellos malos tratos, asesinato en grado de tentativa, conducción temeraria y allanamiento de morada. Se enfrenta a una petición fiscal de 24 años y 11 meses de cárcel, una solicitud sobre la que se pronunciará mañana la fiscal.

En su declaración, el procesado ha asegurado que no recordaba ninguno de los capítulos violentos que le ha recordado la fiscal y ha alegado que estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas. Además, ha negado que insultara o agrediera a su expareja, con la que mantuvo una relación desde agosto de 2008 a octubre de 2007. La relación la terminó María Teresa cuando descubrió que Esteban Joaquín había tenido un hijo con otra mujer, con la que mantenía una relación paralela.

Según la víctima, unos días antes de la ruptura, ambos realizaron un viaje a Mallorca "para intentar salvar la relación", que estaba ya "muy deteriorada", pero tuvieron una discusión en la habitación del hotel y la intentó tirar por el balcón. Días después, María Teresa echó al acusado de su casa, ubicada en el municipio de Chinchón y en la que ambos convivían. Pero el procesado entró a la casa de su exnovia sin su permiso. Ella estaba en su dormitorio. En ese momento, la cogió de los brazos, la tiró a la cama y le dijo que con las pastillas que ella tenía se iban a matar los dos. Según la víctima, le espetó: "Si me matas, hazlo en mi casa y no en un descampado donde encuentren mi cuerpo podrido". La mujer logró huir y llegó a la calle, donde el hombre la persiguió. Afortunadamente, la intervención de un vecino evitó la agresión.

El más grave de los episodios olvidados por el procesado se produjo el 16 de enero de 2008 en la localidad madrileña de Colmenar de Oreja, cuando pidió a su expareja que fuera a su trabajo para darle un dinero que le debía, con la excusa de que había recogido todas sus cosas y se iba a vivir a Sevilla. Cuando María Teresa llegó en su coche al aparcamiento del trabajo, Esteban Joaquín le dijo que no se asustara, que no quería hacerle daño, y que lo llevara al cajero a sacar el dinero, a lo que la víctima accedió.

"No paraba de decirme 'amor de mi vida'. De repente, tiró del freno de mano, se paró el coche, cogió un cuchillo [de pesca] de su bolsillo y empezó a apuñalarme. Yo le decía: 'Joaquín, me matas", ha narrado la víctima al tribunal y ha indicado que le apuñaló hasta 10 veces en el corazón, pulmón y en el cuello, entre otros lugares, mientras mientras le decía que la tenía que matar porque le hacía "mucho daño". Sin fuerzas para hablar, la mujer ha relatado que, de nuevo, alguien le salvó la vida. esta vez, fue un compañero de trabajo del acusado, que vio lo que pasaba y logró evitar que el hombre acabara con ella.

Gracias a su intervención, la mujer fue trasladada al Doce de Octubre en un helicóptero y sobrevivió. Pero desde entonces su vida ha cambiado completamente, ya que debido a las puñaladas tiene parálisis de la cuerda vocal derecha y problemas para respirar, entre otras secuelas graves. El juicio acabará mañana con las pruebas periciales y documentales.

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