Tres años y medio de cárcel para el acusado de apuñalar a un empleado de una gasolinera
El fiscal retira la acusación porque el procesado tiene un trastorno del control de los impulsos
La Fiscalía y la defensa del acusado de apuñalar el pasado 24 de enero de 2010 a un empleado de una gasolinera de Motril (Granada) que previamente le había denunciado ante la Policía por haberle robado el teléfono móvil han acordado para el procesado una pena de tres años y medio de prisión por un delito de tentativa de homicidio y prohibición de acercarse a la víctima durante cuatro años y medio.
Así, el juicio que estaba previsto en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada, no ha llegado a celebrarse, tras la conformidad entre las partes. El fiscal ha decidido retirar su acusación y ha concluido que el procesado, un joven de 22 años, tiene un trastorno del control de los impulsos que le impide parcialmente conservar sus capacidades intelectivas y volitivas para comprender la ilicitud de los hechos. Inicialmente pedía para el joven nueve años de prisión y prohibición de acercarse a la víctima por un periodo de ocho años.
Ramsés M.N. denunció ante la Policía Nacional de Motril el robo de su teléfono móvil, y acusó al procesado. A raíz de esto, el acusado amenazó en varias ocasiones a Ramsés, y le llegó a sacar una navaja en la zona conocida como botellódromo de Motril, el 23 de enero de ese año. Tras el incidente, Ramsés le propinó un botellazo en la cabeza a J.M.V.A. Estos hechos motivaron un juicio de faltas por la agresióny fue condenado.
Al día siguiente de la agresión en el botellódromo, el inculpado acudió al domicilio de Ramsés instándole a que bajar porque le iba a devolver el móvil. Como no bajaba, bloqueó el portero automático, y compró un cuchillo con una hoja de 20 centímetros de longitud. Al día siguiente, 24 de enero, el procesado se dirigió a la gasolinera en la que trabajaba Ramsés y, mientras éste repostaba un vehículo, y "movido por el ánimo de ocasionarle la muerte", según el fiscal, le asestó una puñalada en el costado derecho con el cuchillo que portaba. Después huyó a la carrera y arrojó el arma en un contenedor en las inmediaciones de la antigua comisaría de Policía, aunque finalmente fue detenido.
A consecuencia de la agresión, Ramsés sufrió lesiones en la fosa renal derecha, y desarrolló un episodio psicótico. Como secuela, sufre trastornos neuróticos por estrés postraumático y perjuicio estético, pero no reclama cantidad alguna al haber sido ya indemnizado por el acusado en 14.521 euros.
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