Cada vez más gordos
No tengo nada contra los gordos, estaría bueno. Y menos yo que llevo 35 años a dieta para contrarrestar los excesos gastronómicos de mi vida. Afortunadamente, me sigo abrochando el cinturón en el mismo agujero. Mi amiga Gara, asidua de este blog, me sugiere que aborde el tema de la mala alimentación en alguna de sus variantes. No puedo. No tengo conocimientos suficientes aunque la cuestión me apasiona.
He recorrido varias playas españolas en lo que va de verano y en algunas de ellas las obesidades campan a sus anchas. Y a su lado, todo hay que decirlo, cuerpos espléndidos sacados de anuncios de Danone.
¿Qué estamos haciendo mal? ¿Por qué razón nuestras cifras de sobrepeso se han duplicado en los 10 últimos años según la Agencia de Seguridad Alimentaria?
Algunos quizá os acordaréis de la estrategia “Naos” para la prevención de la obesidad que puso en marcha el Ministerio de Sanidad en 2005. Y del convenio de esta Agencia con la Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR) para evitar el consumo de raciones gigantes en los restaurantes españoles. Acuerdo que no sirvió para nada y que replicaría Burger King en 2006 con una agresiva campaña de publicidad a favor de sus conflictivas hamburguesas XXL.
Que nadie nos hable otra vez de las ventajas de la dieta mediterránea, dieta pobre que abandonamos al convertirnos en “ricos”.
O diciéndonos que el pan engorda. El consumo de pan sigue cayendo en nuestro país un 10% anual y rozamos ya en los 40 kilos por habitante al año, la tasa más baja de Europa. O culpando a la cerveza (un vino de pan) de las famosas tripas cerveceras, cuando el consumo de esta bebida ha caído ligeramente.
Años atrás la cocina española incurría en un pecado grave, el exceso de grasa. Hace tiempo que nuestros platos son bastante más ligeros. Ya nadie le perdona una mala digestión a un cocinero.
Imposible no reconocer que la figura de muchos de nuestros profesionales es cada día más esbelta: la mejor tarjeta de visita de su propia cocina. Ninguno quiere parecerse a aquellos marmitones decimonónicos de formas orondas. Aún así, el símbolo más llamativo fue el de Bibendum, el muñeco de la Michelín que antes de que las guías rojas cumplieran 100 años, justo en 1998, estilizó su silueta transmitiendo un mensaje de moderación a la alta cocina.
¿Por qué los españoles estamos más gordos, según las estadísticas? No hay misterios ni paradojas.
Vamos al cine y las palomitas nos las venden en envases tan grandes que parecen macetas de geranios. Lo mismo que las raciones de nachos en bandejas gigantes cubiertas con salsas de queso. O los refrescos que cada vez son un poco más grandes. Los de 200 ml se han convertido en minis y los grandes de 250 ml en pequeños. Aunque el tamaño sí que importa no es la raíz del problema. El fondo de todo es que practicamos el sedentarismo y comemos y bebemos mucho más de lo que necesitamos. Vaya perogrullada.
Nos rodean los anuncios de dietas mágicas y las recomendaciones que nos incitan a consumir productos bajos en grasa. Algunas cosas son ciertas pero dan lo mismo. Hace tiempo que me di cuenta que para adelgazar o mantener el tipo lo único que vale es la fórmula de Carlos Arguiñano, CLM (comer la mitad). Lo único difícil es ponerla en práctica..
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.