_
_
_
_
Blogs / El Viajero
El blog de viajes
Por Paco Nadal

¡Islas! (para perderse y no volver): atolón de Ranguiroa

Paco Nadal

Cuando uno sobrevuela por primera vez un atolón coralino piensa: “¡Ahí no aterriza un avión!”.

Eso al menos es lo que imaginé yo, entre sudores fríos, cuando mi avión se aproximaba al atolón de Ranguiroa, uno de los cientos de atolones perdidos en el Pacífico que forman la Polinesia Francesa; éste en concreto está en el archipiélago de las Tuamotu, que es como decir en el culo del mundo... acuático (entenderé que en este momento os vayáis a Google Maps para ver dónde diablos está Ranguiroa y las Tuamotu). Adjunto un mapa como ayuda.

Pero al final sí, el avión aterriza, apurando la frenada para no salirse de la exigua banda de arena, pero aterriza. Y tu te bajas extasiado en una isla que representa el epítome de la isla de los náufragos en los chistes de Forges.

Un atolón coralino es algo así como un flotador de arena y palmeras olvidado en medio del océano. Una estructura tan frágil que a nadie le extrañaría que una mala tempestad la engullera. Pero no la engullirá. Los atolones coralinos, uno de los caprichos geomorfológicos mas fascinantes del planeta, han tardado millones de años en formarse y costará otros millones hacerlos desaparecer.

Rangiroa no levanta más de dos metros sobre el nivel del mar y aunque tiene 200 kilómetros de perímetro, éste no es continuo: está fragmentados por canales y pasos de agua, como si cortáramos a pedazos un roscón de Reyes. Cada uno de esos pedazos es un motu. En el motu principal y más grande tiene 10 kilómetros de largo por 800 metros de ancho y ahí está el aeropuerto, las dos únicas aldeas (Avatoru y Tiputa), cada una con su iglesias, la única carretera asfaltada del atolón, un cementerio, una oficina de correos, dos bancos y media docena de tiendas de abarrotes.

Y poco más. En el resto de los 200 kilómetros, nada más: arena, cocoteros y arrecifes de coral. La pesadilla de Robison Crusoe.

En él pasé cinco maravillosos días, en una cabaña de troncos y palmas en la orilla de la laguna del atolón, viendo las aguas azul turquesa sin necesidad de levantarme del camastro a través de las ventanas sin cristal de la cabaña, descalzo y en bañador todo el día, partiendo cocos y comiendo pescado.

¿Existe mejor forma de desconectar?

En sitios como Rangiroa, uno vuelve a creer en el mito del buen salvaje.

Ranguiroa 7

Fotos© paco nadal

Datos prácticos

Capital:Avatoru.Idioma:Francés yreko pa’umotu.Superficie:1.640 km2.Cómo llegar:hay que ir a Papeete, la capital de Tahití, y desde allí un vuelo (una hora) con Air Tahití.Más información: www.tahiti-tourisme.es

Comentarios

¡Mola esa isla! aunque me pregunto de qué vive la gente en un sitio así.
Este post me ha traído recuerdos impresionantes, ya que Rangiroa es un lugar especial, pero me ha extrañado que te quedaras en la cabaña y no hicieras submarinismo o snorkel en el paso de Avatoru (una de las mejores experiencias de mi vida), ni fueras a ver los delfines al de Tiputa, o visitaras la laguna azul, y tantas cosas alucinantes que tiene ese maravilloso lugar.
Paco, ayer sólo quiería irme 1000km al norte de Oslo y hoy solo quiero irme a la Polinesia Francesa... gracias, creo (pq muero de la envidia yo que sigo aún sin coger vacaciones), por estos viajes... lo más cercano a eso que he estado ha sido en Maldivas, hace ya 6 años... Entonces no buceaba y no pude apreciar la maravilla de los océanos... sin embargo ver los atolones y los arrecifes de coral me dejaron impresionada por entonces.
Vaya maravilla de islas y magnifica clase para que los chavales (y no tan chavales)de hoy en día aprendamos un poquito mas!!!Saludos Paco!
Menos mal que yo hablo "reko pa’umotu", y me podría comunicar, que si no..... [Me acuerdo yo de ese viaje que te pegaste, 'so joío']. Hola, chaláo o resaláo (que no es lo mismo).
@Bebe, produciendo tus propios alimentos y teniendo agua potable, no hace falta un iphone para poder vivir.No obstante, este tipo de islas suelen alquilarse o incluso venderse...además de que evidentemente reciben turistas
y de bichos que pican, o te corretean por encima ¿qué tal? porque de eso nunca se habla :-)))) . me preocupa eso, porque los atraigo y la naturaleza es muy bonita e inocente cuando se disfruta desde el sofá.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_