Sí, hay problemas más importantes para tratar en el Congreso. El que se ha colado esta mañana es irrelevante si se tiene en cuenta la tormenta de crisisque se abate sobre la sociedad española: una cuestión de corbatas. Puede ser una anécdota, pero tiene unvalor:ilustra la desigualdad que padecen los hombres frente a las mujeres en cuestiones del vestir. Ellas han logrado, salvo excepciones que aparecen en los periódicos,poder elegir entre falda o pantalón, por ejemplo, y nadie les suele afear un escote. En cambio, ellos no logran desprenderse del ornamento que inventaron los croatasni en pleno verano, caiga la calorina que caiga. Por lo menos, en la Cámarabaja, cuyo presidente, José Bono,defiende a capa y espada"la disciplina del vestido" que parece aplicarse soloa los varones.Y lo hace con una explicación algo señorita: "Tenemos que dar ejemplo a los que tenemos que mandar", argumenta. O sea, a los ujieresde la cámara, embutidos con chaqueta y corbata. ¿No puede cambiarsela disciplina? ¿para mandar hay que llevar corbata (lo que dejaría fuera a las mujeres)?
Bono le ha afeado al ministro de Industria, Miguel Sebastián, que acudiera sin esa prenda al palacio de la Carrera de San Jerónimo donde, precisamente, debía responder a una pregunta sobre la relación entre el sincorbatismoy el ahorro energético, que abandera este responsable. O sea, veranos sin corbata para ahorrar en aire acondicionado. (Lo de las bufandas en invierno para ahorrar calefacción no tiene defensores). En un gesto inusual (el presidente preside, pero no interviene), Bono agradeció el gesto a quienes siguen llevando corbata, porque ayudan a mantener "la disciplina del vestido". "Es probable que el primer ministro japonés vaya sin corbata al Parlmento, no sé si ante el emperador", añadió aludiendo el ejemplo nipón que había citado Sebastián. Pero el ministro, que acogió mal el reproche, no era el único desafecto. Al menos otros tres diputadoshabían prescindido de ella, según Efe.
Comentarios
Todo este asunto me parece absurdo y fuera de lugar. Es una lástima que Bono no tenga mejores cosas que hacer que preocuparse de la vestimenta de los que visitan o trabajan en el Congreso.
Charo, remitiéndose a José Bono, escribe: "Tenemos que dar ejemplo a los que tenemos que mandar", argumenta. O sea, a los ujieres de la cámara, embutidos con chaqueta y corbata. ¿No puede cambiarse la disciplina? ¿para mandar hay que llevar corbata (lo que dejaría fuera a las mujeres)?"Hay que ser retorcida para lanzar la indirecta que Charo nos quiere colar. Porque nuestra articulista parece estar queriendo decir que el uso de las corbatas en los hombres tiene connotaciones similares a la de la coloración de las nalgas en los babuinos y otros primates. Así, en la cosmovisión charista, las corbatas vendrían a ser algo afín a los galones del general, un código disuasor dirigido a sus subordinados y a las hembras, y al que las mujeres, ¡cómo no! les ha sido vetado su uso. La realidad es otra, porque las mujeres gozan de total libertad en esta sociedad a la hora de vestir, mientras que para los hombres tal posibilidad está totalmente vetada. Sin embargo, lo que es una evidente discriminación hacia los hombres choca con el dogma feminista, según el cual y por definición, aquí las únicas discriminadas y víctimas de todo sólo pueden ser las mujeres. Es de esa manera que, fiel a la tradición feminista de buscar y rebuscar por todos los lados algún indicio de "machismo", y guiada por la infalibilidad que proporciona la luz de la "perspectiva de género", Charo descubre la auténtica verdad, que por lo visto no es que a ellos no los dejen vestirse a su gusto, sino que son ellos los que parecen estar deseando ponerse esas señales inequívocas de su virilidad y dominio (las corbatas) en tanto que, recurriendo a perversas estrategias, impedirán que las mujeres puedan hacer lo mismo.¿Sabe alguna feminista lo que es ser feminófilo? Si nunca han oído tal palabra es porque la invisibilidad de la que tanto gusta hablar a nuestras feministas sólo se entiende para cuanto a ellas afecta...
Tal como está el país (y europa entera) deberían acudir tod@s arremangad@s y en mono de faena, aunque llevar un "lazo en el cuello" pueda -también- parecer un símbolo de ahogos. A este pronto por "dar ejemplo" en el Parlamento subyace -es lo que yo he pensado- el poco ejemplo que dio el senador canario del mismo grupo hace 4 días. Tampoco le daría mucha importancia a este aire de "colegio" con su director.
María José, El País, hoy, Sus problemas se remontan a hace 18 años, cuando hipotecó su piso para ayudar a su expareja a saldar una serie de deudas. En 2002, terminada esa relación e incapaz de asumir sola las cuotas, acudió a una reunificadora de deudas que le tramitó un nuevo préstamo con la CAM, que le concedió 157.000 euros. Hoy, la entidad le reclama 200.000 euros, una cifra lejos de las posibilidades de esta mujer, que ingresa 520 euros por tener un hijo discapacitado a su cargo y 168 euros por la Ley de Dependencia. También vive con ella una hija de 24 años licenciada y en paro. La familia ha solicitado una alternativa al Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), que les ha informado de que tardarán tres años en asistirles ...
Y a todo esto ¿la flamante secretaria de Estado para la Igualdad, Bibiana Aido, qué medidas va a tomar para acabar con esta discriminación que padecemos los hombres?
Hace 15 años cuando llegué a Dinamarca y me encontré a un cajero en un banco con pendiente y pelo largo me dí cuenta de que no solo había cogido un avión y había cambiado de país, sino que había cambiado de vida. Y a mejor. Cuando me enteré de que un profesor de universidad al que le gustaba mucho la música clásica era maltratador me di cuenta de que no existen los lotes: que a uno le guste la música clásica no significa que sea buena persona. Pues lo mismo, la corbata no hace a un hombre respetable. Su discurso tampoco. Los hechos, esos ya son otra cosa. Que la apariencias no significa casi nada
La corbata y el señor Bono comparten la característica de ser imposiciones del año de la picor a hombres sensibles y en sus cabales como el Dr Sebastián.
Hace 50 años era obligatorio llevar corbata a los exámenes, hoy con una camisa es suficiente. Me parece que el Sr Bono vive anclado en el pasado.
Por motivos de trabajo tengo que llevar traje, pero me apunto al 'sincorbatismo' (hubiera preferido llamarlo 'hombres libres') y no llevo nunca ese estorbo carpetovetónico en el cuello que impide la respiración y la elocución.
Por lo normal son mujeres de larga melena las que me van diciendo que yo tengo que cortarme el pelo.
pues métete a soldado ... y te lo cortan gratis, y sin peluqueras.
La próxima vez que use Wikipedia para "profundizar" en un artículo, por favor, léala con calma: la corbata no la inventaron los croatas, sino que su nombre deriva de la palabra que los italianos utilizaban para denominar a éstos. Son dos cosas muy diferentes...
Como hace unos días que no pongo enlaces, aquí va uno que tiene que ver con el tema:http://www.elmundotoday.com/2011/07/jose-bono-publica-los-dibujos-que-ha-hecho-durante-las-sesiones-del-congreso/En cuanto a lo del Ejército... pues me llega un poco tarde. Estuve cuando era derecho y deber ciudadano el de estar preparado para defender la patria (sea lo que sea lo que uno entienda por patria) y en los cuarteles se juntaba desde estudiantes que no habían querido o podido ir a las Milicias Universitarias hasta delincuentes más o menos consumados. Con el tiempo me doy cuenta de que la igualdad era como la que hay hoy en día en la educación: todos vestidos igual y ya está. O como la que hay en otros ámbitos de la sociedad que no nombraré, en donde las artes que permiten medrar son las ciencias de la picaresca: disimulo, engaño, mentira...
La corbata es una prenda que en ocidente (y no solamente), tiene el simbolo de respeto por los presentes. No es vanidad ni coqueteria, aunque la coqueteria es una muestra también un "égard" por los demás y sobretodo por los que trabajan con nosotros. Si todo da igual, pues es que nadie tiene valor. Si no hay símbolos ni elegancia ni una cierta solemnidad... es que la sociedad está en profundo declinio. España es lieder en el declinio de la sociedad ocidental y europea.
a KS, contestando a Keyser Söze, escribe: "pues métete a soldado ... y te lo cortan gratis, y sin peluqueras."
Efectivamente, es sabido que los hombres que entran en el cuartel, tanto voluntariamente como a la fuerza, son sometidos al rapado de su cabeza. Sin embargo, las mujeres que se meten en la institución militar pueden conservar intactas sus cabelleras, aunque, eso sí, la han de llevar recogida (por aquello de no desplegar el potencial erótico de sus melenas). ¿Por qué ese trato discriminatorio? ¿Por qué a un soldado se le obliga a pelarse, mientras que a una "soldada" no? ¿Por qué la ministra Chacón no toma medidas contra tal trato desigual? El argumento clásico de los amigos de lo militar ha sido decir que el rapado cuartelero obedece a motivos higiénicos. Pero ahora que hay mujeres en los cuarteles, ¿qué dicen al respecto? La realidad es que a los soldados los militares les han cortado el pelo por la misma razón que se lo cortaron a Sansón en el mito bíblico, para que aquellos pierdan su fuerza, no la física, sino la moral. Porque rapar a alguien es como desnudarlo. Una humillación pública destinada a despersonalizar a lo que antes era un ser humano, y ahora es un soldado. En el caso de las mujeres, su presencia en los ejércitos, claramente minoritaria, cumple otras funciones, como servir de "gancho" en la recluta de varones (que pensarán que van a ligar con ellas si entran en el ejército), así como la de prestar su imagen en una campaña publicitaria sin precedentes que pretende hacernos creer que el ejército es una especie de ONG cuya función es realizar "labores humanitarias". Es esa "misión" relacionada con la imagen la que conlleva que en el caso de las militares sea conveniente el que éstas no aparezcan a la luz pública totalmente desfeminizadas, porque la foto de la ternura desplegada por una sargento con el negrito entre los brazos queda lo más progre, moderno y sentimentaloide que pudiese imaginarse. Naturalmente nuestras feministas se jactarán de ello, y nos lo presentarán como una "conquista", un "avance", una incorporación de la mujer a una profesión (bueno, los sicarios también son profesionales) en la que antes se tenía "vetada" su presencia. Sorprende ello, porque siempre había pensado que lo militar era la encarnación más viva de los (dis)valores masculinos; de la exaltación del machismo; del culto a la violencia; todo lo contrario a lo que los cuentos de hadas feministas nos prometen para el día en que el patriarcado sea finalmente derrotado. Sin embargo, los tiros (y nunca mejor dicho) no parecen ir por ahí. Carmen Chacón, Trinidad Jiménez e Hillary Clinton (que por cierto no renuncia a su apellido de casada) son otras tantas feministas convencidas que están demostrando en Libia y Afganistán que para gestionar la violencia del Estado no hace falta desprenderse de la gracia y elegancia femenina.
Joder con el Bono, a mí, con tan sesudo e importante problema planteado se me han puesto de "corbata". Y no por culpa mía
hoy es día de trajes
También estoy de acuerdo con M Dutronc. Además es cómodo, como un uniforme para trabajar y con hombreras ... siempre quedas bien. Pero se puede ir contraje y sin corbata.
Está claro que el problema del Semicirco de San Jerónimo se puede resolver manu militari: uniformando a todos los Diputados. Y cuando digo todos quiero decir lo que siempre ha querido significar "todos": hombres, mujeres y niños. En estos tiempos de la igualdad, estas soluciones igualitarias son tildadas de totalitarias: allá películas.
EL FORMALISMO FRENTE AL CONTENIDO LOS CIUDADANOS VOTAMOS NO EN FUNCION DE UNA CORBATA ,SINO EN FUNCION EL PENSAMIENTO O IDEOLOGIA. AL IGUAL QUE A LA MUJER NO SE LE PUEDE OBLIGAR A LLEVAR MINI TAMPOCO AL SEÑOR MINISTRO SE LE PUEDE OBLIGAR A LLEVAR UN DETERMINADO TIPO DE VESTIMENTA . POR ESE CAMINO TAMBIEN PROHIBIRIAMOS A CIERTAS DIPUTADAS QUE NO ENSEÑARAN LAS TETAS.ESTO ,DE MOMENTO ,TAMPOCO SE HA PROHIBIDO , SEÑOR BONO.
a lo mejor lo que pretende el señor bono es reflotar (¿se dice asi?) la industria corbatera de este pais...dentro de unos días les dirá a los señores diputados que lo elegante es ir con zapato de piel ...para reflotar la industria zapatera.....
con la que está cayendo y de que cosas nos preocupamos!!!!
que no digo yo que vayan en bermudas...pero si con tejidos veraniegos,... su pantalón y su camisa....¿no van las mujeres tan fresquitas con su vestido de verano?....
de verdad que es pasmosa la chorrada.
luego nos subimos por las paredes cuando un juez dice en una sentencia que una mujer merecia ser violada por llevar falda y nos rasgamos las vestiduras hablando de la libertad que debemos de tener para vestirnos como queramos....
El Presidente del Congreso está gagá en su acepción tradicional. Pone como ejemplo a los pobres ujieres que, amén de tener que llevar y traer y subir y bajar, pasando calor, seguro, les obliga a ir con chaqueta y corbata. Vaya argumento.¿No dice el tío que es cristiano? Pues que se apiade de ellos, que les compren unas camisas de manga corta chulas que les distinga de los demás (que esa es la razón de la chaqueta esa de acomodador de cine) y punto. Por favor, si ya lo usan hasta los soldados, que están en oficinas. Van con corbata o no, ya no me acuerdo, pero con manga corta y punto. Y no por ello se baja la disciplina un milímetro.Pero, ¿no será que quiere desviar la atención?El Sr. Bono tiene un colmillo retorcido que es capaz de hincar en el más duro de los huesos.¡OJO!Un saludo,Bartolomé.
Lo que le sucede a Bono es que tiene muy asumido lo del valor de los símbolos y lo de que el templo principal de la Soberanía Nacional no puede convertirse en discobarra para que cuatro mindundis horteras exhiban su mal gusto.Pero es que Bono es de otra época. La nuestra es más propia de diálogos como éste:"Max: ¡Ya se guardará usted del intento! ¡Soy el primer poeta de España! ¡Tengo influencia en todos los periódicos! ¡Conozco al ministro! ¡Hemos sido compañeros!Serafín El Bonito: El señor ministro no es un golfo.Max: Usted desconoce la historia moderna."Diálogos antaño audaces: ahora, puro costumbrismo, casi hiperrealista.Sin embargo, todavía vivimos tiempos antiguos. Todavía no puede decirse de una señora ministra que sea una golfa sin exponerse a reprobación y condena públicas, y a algún que otro elogio, más o menos envenenado, privado. Todo llegará. Si las ministras no son unas golfas es porque no han tenido todavía oportunidad.
La perspectiva de género es esa eficaz y milagrosa herramienta que permite a nuestras feministas ver indicios de machismo en aquellos lugares donde se habían propuesto encontrarlos. Pero sucede que la perspectiva de género no es una ciencia exacta, ni siquiera una ciencia humana, sino que viene a ser una especie de software libre que todo el mundo puede usar, con la única condición, claro está, de previamente haberse adherido entusiásticamente a la nueva religión laica que alumbra al mundo. El resultado de tal metología de trabajo no puede ser otro que un conjunto de esperpentos, al estilo de criaturas como las llamadas "familias monomarentales" o el más conocido "miembros y miembras". En esta ocasión nuestra articulista ha pretendido haber descubierto en las corbatas una especie de eslabón perdido que permite conectar a los varones con el ejercicio de la autoridad vía nudo en la garganta, y que lo expresa claramente cuando dice: "¿para mandar hay que llevar corbata (lo que dejaría fuera a las mujeres)?" Para ella el hecho de que las mujeres no lleven corbata, lo que le extraña pues es consciente de que las mujeres disponen de total libertad a la hora de vestirse de la manera que quieran, sólo puede ser consecuencia de un invisible tabú patriarcal que veta a las féminas el uso de tal prenda con fálicas connotaciones. Al margen de alucinaciones de género, lo único cierto es que la corbata en nuestra sociedad nada tiene que ver con el concepto de autoridad, sino con el de lo que se entiende por la buena imagen (percepción subjetiva, por supuesto), con la de la buena presencia, con la idea de "educación". La corbata la llevan los empleados de las funerarias, los vendedores de seguros, o los dependientes de la planta de caballeros del Corte Inglés. Y ello es así no porque pretendan amedrentar al cliente de turno, sino porque a juicio de sus jefes ello transmite imagen de seriedad, de buenos modales y de buen hacer, todo ello imprescindible a la hora de poder vender una mercancía o servicio. Los políticos, que son vendedores de ilusiones, no podían ser menos, y en consecuencia recurren a la corbata como look indispensable cuando tratan de vendernos lo que ni ellos mismos se creen. ¿Autoritarismo en ello? Ninguno. En cambio, si hay una estética que en nuestra sociedad vaya unida a la idea de autoridad es la representada por los uniformes de corte militar. No es casualidad que los modelos político-sociales más autoritarios del siglo XX, como lo fueron los fascismos y los comunismos, hayan recurrido al amplísimo uso de los uniformes de estilo militar. Es cierto que en esos uniformes había corbatas, pero lo eran a tono con el resto de las prendas, por lo que pasaban desapercibidas. Eran otros complementos, tales como las gorras de plato, los correajes, los guantes y las botas de cuero los que realzaban el porte autoritario del que los usaba. En ese ejercicio de poder a través de la estética fueron los nazis alemanes los que más glamour alcanzaron. Muy diferente hubiese sido el resultado de la Segunda Guerra Mundial si ésta se hubiese librado en las pasarelas. Porque la presencia altiva de un oficial de las SS habría conseguido para sí toda la atención de las abuelas de nuestras actuales feministas, de igual manera que años más tarde ZP haría lo mismo vendiéndoles su talante de prototipo de nueva masculinidad a las nietas de aquellas. Es cierto que Carmen Chacón no usa uniforme, salvo ese extraño botón que se pone en la solapa a modo de condecoración. Pero sí es verdad que se hace acompañar de un militar de alta graduación, y que sí lleva el uniforme de su rango. ¿Acaso Leire Pajín aparece en público con un cirujano con bata y gorra verde? Evidentemente que no, porque el uniforme impone. Además, no es un secreto que los uniformes tiene un valor erótico añadido. Que hay hombres que se sienten atraídos por una mujer uniformada (de militar, no de cajera de supermercado). Y que, sobre todo, hay muchísimas mujeres a las que le "ponen" los uniformados. Definitivamente la corbata no es fetiche erótico, salvo para aquellos a los que les vaya el peligroso juego de la asfixia. Y ello es así porque la corbata no va asociada al poder. En cambio, sí lo son los uniformes militares o policiales, porque van asociados a lo que en un hombre se le supone... Lo único que me queda por saber es si en el mundo de las fantasías sexuales de nuestras feministas existe la escena del uniformado y lo inherente a su carácter. Aunque, naturalmente, y como buenas herederas de curas y monjas, ellas siempre lo negarán.
Esto a lo que recuerda es al "guardar compostura", que queda caduco. Pero el que tal como está el país pierdan el tempo en hablar del tiempo y las corbatas y se piquen entre ellos con el tema demuestra hasta qué punto el "poder" con o sin corbata -seguramente en traje de baño y yate- está lejos de los parlamentos. Y eso es lo grave. Es como si quedaran los símbolos ...
Intento hacer un comentario en la nueva entrada del blog Mujeres ("Seis más seia igual a uno", y donde se nos habla de las "bondades" del jurado paritario en el caso del premio nacional de cinematografía), pero me sale la siguiente nota: "Los comentarios de esta entrada están cerrados." ¿Es una cuestión técnica, o simplemente una censura preventiva para evitar que, como de costumbre, los que no comulgamos con la nueva fe que alumbra al mundo nos dediquemos a darles caña?Dicen, aunque yo no sé si es cierto, que antiguamente, cuando la Iglesia Católica elegía a un papa, había un cardenal que se encargaba de palpar con sus manos las partes pudendas del nuevo pontífice, para cerciorarse de que efectivamente era varón o mujer. Como no soy miembro de dicha iglesia, el tema me importa más bien poco, como también me importa un bledo si de los tocamientos susodichos el nuevo papa experimentaba algún tipo de mística comunión con Dios. Lo que sí me gustaría saber es que garantía tenemos de que efectivamente los nuevos miembros (o "miembras", en terminología bibianesca) del jurado son realmente mujeres. ¿Hay algún perito o perita que lo certifique? ¿Es suficiente lo que ponga el DNI? Porque de acuerdo con la ideología de género, y en palabras de Simone de Beauvoir, las mujeres no nacen, sino que se hacen. En consecuencia, que tenga gónadas masculinas o femeninas a mí no me dice nada. ¿Qué tal si proponemos a un intelectual como Pat Califia como miembro del tribunal que juzgue las películas? Al Pat Califia de hace 20 años, cuando era mujer y lesbiana, claro... Porque ahora que se ha operado y que es varón quedaría automáticamente excluido de la lista... En otras palabras, porque antes era de las "nuestras", por tanto de fiar, mientras que ahora se ha pasado al "enemigo", y ya no despierta confianza en aquellas que incluyen o excluyen a algien en función de lo que se tenga entre las piernas. Siempre me ha llamado la atención la denuncia del "sexismo" que hacen las feministas, cuando luego, en la práctica, son ellas las más sexistas que hay sobre la faz de la Tierra. En fin, a saber qué dirán en el futuro los historiadores de las mentalidades, cuando se enteren de las aberraciones que ahora se hace y dice en nombre del género...
Sí. Resultará que la culpa de que haya que meter mujercitas con calzador en el jurado es de la ley de la paridad.La paridad por si misma no es ningún concepto igualitario. Sólo iguala en número, pero no en mérito ni en capacidad. Y eso seguramente lo sabía el que redactó la ley. Por eso, a éste no hay que llamarle imbécil sino sociópata; pues su nefasta ley parece hecha a propósito para no contentar a nadie salvo a un grupo de mentes enfermas que se empeñan en ver desigualdades y agresiones sexuales por todas partes.El auténtico problema para los críticos de la descabellada política hembrista de los últimos años es el que el hembrismo sabe muy bien usar el ventilador y acusar de ***machismo (porque muchos, y a cada cual más tonto, son los prefijos que emplean) a quienes les cantan las verdades. Por suerte el tiempo es el que al cabo pone a todos en su sitio.
Aquí otra noticia en la que el principio de igualdad es reinterpretado al modo hembrista.http://www.elcorreo.com/vizcaya/20110724/mas-actualidad/politica/juzgado-avala-hacer-pruebas-201107241100.htmlVergüenza les debería dar a los hembristas el tener que tragar con estas ruedas de molino (la verdad es que creo que no las tragan; sólo fingen, los muy canallas) pero, sobre todo, el intentar que otros lo hagan. Son unos jetas y tienen la cara muy dura, aunque intenten echarle la culpa a mi machismo (lo intentan; sólo consiguen ponerse de manifiesto en el esplendor de su impudicia).Pero es que claro, las mujercitas son iguales en lo bueno pero en lo malo no. Por eso, cuando son mejores que el hombre no hay que hacer nada pero cuando son peores es que están discriminadas y hay que implantar medidas de igualdad y paridad. Y lo mismo se predica de aquellas profesiones en que la mujer está sobrerepresentada: nada de establecer paridades para que haya un número igual de hombres. Ya saben. El Tribunal Constitucional, como el CGPJ, están no sólo politizados sino completamente desprestigiados porque han renunciado a su más importante derecho/deber: la honradez.
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