Colgada a 150 metros de altura en Laos
Foto extraida dehttp://www.phileasblog.net/asia.htmlCuando en 2006 recorría el Sureste Asiático con mi mochila, me llego el típico bulo mochilero: “hay una cosa que no te puedes perder cuando vayas a Laos, es la actividad de moda últimamente pero no se encuentra información en ninguna guía de viaje. Se trata de una aventura en los árboles, con monos, tirolinas… una pasada. Búscalo en Internet: Gibbon experience. ¡Hay que reservar con antelación!”
No me gustó nada eso de tener que reservar, cuando una va a con un ritmo supeditado a los constantes imprevistos que van surgiendo en el viaje, pero encontré la página Web en cuestión y quedé prendada del tema:http://www.gibbonexperience.org/index.php
Así que organicé mi viaje, atravesando Laos de oeste a este, desde Vientiane, la capital, hasta Huay Xai, donde está la base de los gibbon experience.
Efectivamente, la experiencia fue increíble. Durante tres días viví en casas construidas en enormes árboles, a varios metros de altura, deslizándome colgada de un arnés a cientos de metros del suelo durante varios kilómetros sobre un maravilloso bosque de bamboo.
Sin embargo, the Gibbon Experience es mucho más que eso. Es un innovador proyecto de protección ambiental y cultural desarrollado por el visionario francés Jean-François Reumaux, Jeff. Este ingeniero llegó a Laos en los años noventa y se enamoró del país, y especialmente de la región de Bokeo. Constató como la supervivencia del enorme bosque montañoso que compone la región, estaba amenazada por la caza furtiva y la tala masiva. Dos actividades estas que generan dinero rápido para las poblaciones locales y el gobierno central, explotando recursos que no son renovables a medio plazo.
Tras varios años pegándose con unos y con otros, frustrado por las constantes negativas por las autoridades locales a concederle los permisos para montar un centro de recuperación de especies y gestión forestal, Jeff volvió a Francia.
Varios meses después, mientras esquiaba en los Pirineos, viendo un remonte se le ocurrió el diseño de un sistema que permitiría recorrer grandes distancia en poco tiempo dentro del bosque montañoso de Bokeo: un conjunto de catenarias dispuestas de modo que el desnivel facilitara el desplazamiento natural de una persona colgada por un arnés deslizante.
En el año 2000 volvió a Bokeo, convenció a varias tribus locales para se unieran al proyecto, implantó casi ilegalmente el sistema de catenarias y creó la que hoy constituye una las atracciones turísticas más importantes de Laos.
El sistema funciona y da mucho más dinero que la explotación del bosque o la caza furtiva. En 2006, tres días costaban 150 dólares por persona, y había unas 20 personas cada vez. Es decir que al mes se facturaban entorno a 30,000 dólares, una verdadera fortuna.
El gobierno ha aceptado que el modelo es válido y la zona ya es un parque natural de 125.000 hectáreas circundadas por 15 poblados que viven gracias al proyecto.
Los habitantes participan en la gestión del centro turístico, llevando las comidas, montando y desmontando las camas y sirviendo como guías para las excursiones voluntarias de las mañanas en busca de gibones (gibbons), monos de brazos muy largos en peligro de extinción que no se prodigan demasiado. Pero además los habitantes se encargan de proteger el bosque, Su bosque, de los furtivos y los incendios.
Participar en el Gibbon Experience fue una de las experiencias más maravillosas que he vivido y una inmersión cultural increíble. Así deberían ser siempre las experiencias turísticas.
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