Que no te piquen los mosquitos
Desde un vulgar resfriado hasta enfermedades tan exóticas como la tripanosomiasis africana (más conocida como enfermedad del sueño), la fiebre amarilla o la malaria, pasando por las quemaduras de sol, el jet lag, las picaduras de medusas, la diarrea o el estreñimiento (y otras que no cito para no asustaros más, como el dengue, las fiebres tifoideas o la esquistosomiasis) esperan a que cerréis la maleta.
1/ ¡Si es que no ponéis cuidado!
Algo parecido a eso fue lo que dijo ayer la directora general de Salud Pública y Sanidad exterior, Carmen Amela, durante la presentación de la nueva campaña del Ministerio de SanidadLa salud también viaja 2011,que pretende concienciar a los viajeros españoles de la importancia de recibir asesoramiento médico antes de partir. El 80% de los viajeros españoles a países de riesgo no se vacuna. Y luego a la vuelta, muchos se ponen malitos. Los nuevos hábitos turísticos, como el aumento de los viajes con destino al África oriental, la popularización del ecoturismo y la costumbre de decidir los viajes a última hora aumentan el riesgo.
2/ Curarse en salud
En España existen 84 centros de vacunación internacional que en 2010 atendieron a 191.087 viajeros. Para zonas tropicales y remotas se recomienda acudir, al menos un mes o mes y medio antes de la salida, a uno de estos centros (las direcciones y teléfonos se pueden consultar en esta web)donde se proporciona información individualizada (en función de la edad, historial médico, destino y época del viaje), y se prescriben las vacunas y medicamentos para prevenir enfermedades como el paludismo. El tiempo medio necesario para que una vacuna sea eficaz es de entre 10 y 14 días. En algunos casos, además, hay que someter al viajero a un calendario: para la hepatitis B, por ejemplo, se recomiendan dos dosis administradas a lo largo de seis semanas. Y la profilaxis contra el paludismo requiere empezar a tomar las pastillas una semana antes del viaje. También se recomienda visitar al médico antes del viaje si padece alguna enfermedad, alergia o se encuentra en tratamiento médico.
3/ ¿Llevas tiritas?
En la maleta no puede faltar un pequeño botiquín cuyo contenido variará según el destino y la duración del viaje. Según los expertos, ha de incluir analgésicos (aspirina o paracetamol), antiinflamatorios, algún antihistamínico, esparadrapo y vendas elásticas, tijeras y apósitos, sales de rehidratación, antiséptico de uso tópico y repelente de insectos. También puede ser útil incluir pastillas potabilizadoras y condones.
Otro aspecto importante de los preparativos es el seguro. En viajes por España basta con la tarjeta de la Seguridad Social; cuando el destino es un país de la Unión Europea, la asistencia médica está resuelta con la nueva tarjeta sanitaria para turistas, que se puede solicitar en las oficinas de la Seguridad Social. Para países sin acuerdos recíprocos, deberá contratar un seguro que cubra cualquier accidente o eventualidad médica, incluida la repatriación; los viajes a países considerados de alto riesgo, y los que incluyen actividades como buceo, esquí o escalada, requieren seguros especiales. Por lo general, las pólizas son válidas para estancias menores de 60 días, aunque los viajeros habituales pueden optar por un año de cobertura.
6/ Buenas costumbres
Las afecciones provocadas por el exceso de sol y el calor, seguidas por las infecciones gastrointestinales, son las principales causas de los problemas de salud durante las vacaciones. El sentido común y la higiene son la mejor estrategia para evitarlas: lavarse las manos a menudo, beber sólo agua embotellada o debidamente tratada, y huir de los alimentos crudos o sin pelar (ojo con las ensaladas), y los derivados del huevo y de la leche (helados, pasteles, batidos…) que no ofrezcan suficientes garantías, y la comida de los puestos callejeros.
La mejor protección contra las enfermedades transmitidas por insectos es evitar su picadura: llevar ropas frescas que cubran los brazos y piernas, emplear un repelente y dormir con una mosquitera (mejor si está impregnada con permetrina).
7 /Sal solito, quémame un poquito
Cuidado con el sol, sobre todo los niños. Para no sufrir quemaduras o insolaciones se recomienda no exponerse en las horas del mediodía, emplear una crema protectora frente a los rayos UVA y UVB (de factor 15 o superior), cubrirse la cabeza y beber abundante agua o refrescos para prevenir la deshidratación.
8 /¡No siento las piernas!
Además de incómodo, permanecer varias horas apretados en los asientos de un avión aumenta, en aquellas personas con problemas vasculares, el riesgo de padecer el DVT (trombosis venosa profunda), más conocido como síndrome de la clase turista. En líneas generales, se recomienda vestir calzado cómodo y ropa poco ajustada, dar pequeños paseos por la cabina, beber mucho líquido, no tomar somníferos ni alcohol y hacer algunos ejercicios para desentumecer los músculos y activar la circulación. El jet lag se palia no consumiendo alcohol ni sustancias estimulantes, procurando dormir durante el trayecto y ajustándose al horario del lugar de destino.
9 / ¿Bebés exploradores? No gracias
Los menores de un año no deberían emprender un viaje internacional largo; y hasta los dos, ni asomar el chupete por un país tropical, porque hasta los 15 meses no se les pone la vacuna triple vírica, que los protege. En la práctica, muchos viajan por debajo de estas edades.
10 / Ahora no te quejes.
Algunas enfermedades tropicales, como la malaria, se pueden manifestar meses después de haberlas contraído, por lo que en caso de notar algún síntoma de estar enfermo hay que informar al médico de cabecera de los viajes realizados en el último año.
¡Salud, viajeros!
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