Dos artefactos explotan al paso de blindados españoles en Afganistán
Sus ocupantes han resultado ilesos gracias a la caja protectora de los vehículos
Dos artefactos explosivos han explotado este domingo al paso de dos blindados RG-31 españoles entre las localidades de Golojirac y Mangan, en la provincia de Badghis (Afganistán), sin que se hayan producido daños personales entre sus ocupantes. Sus ocupantes no han sufrido daños gracias a las cajas protectoras de los vehículos.
Según ha informado el Ministerio de Defensa en un comunicado, los vehículos formaban parte de una patrulla de reconocimiento, integrada por tropas españolas en colaboración con fuerzas del Ejército afgano, encargada de proteger la construcción de la denominada Ruta Lithium, que une Qala-i-Naw (capital de Badghis) con el norte de la provincia.
La nota subraya la importancia de que los vehículos atacados fueran dos de los nuevos blindados RG-31 con los que operan las tropas españolas desde el pasado año, que ofrecen, junto con los blindados medios Lince, la mayor "protección contra minas y contra el tipo de artefactos explosivos improvisados que se pueden encontrar en el mercado". "La principal prioridad es garantizar la mejor protección disponible a nuestros soldados en todas sus misiones. Y en particular a los que están en Afganistán, que es el escenario más duro, más complejo y más arriesgado en el que han participado nuestros militares en 22 años de misiones internacionales", sostiene Defensa.
El Gobierno aprobó el 2 de noviembre de 2007 un plan de renovación de vehículos blindados que incluyó la adquisición de 575 automóviles en tres fases, con una inversión total de 321 millones de euros. Actualmente, el contingente español desplegado en Afganistán cuenta, según Defensa, con 67 blindados RG-31 y 131 vehículos Lince, todos ellos dotados de sistemas de inhibición de frecuencias.
Duros enfrentamientos en Kandahar
Mientras, al menos 18 talibanes -siete de ellos suicidas-, dos soldados y tres civiles murieron este domingo en una ofensiva de las fuerzas de seguridad para recuperar el control de la ciudad afgana de Kandahar, feudo de los radicales islámicos hasta la invasión de EE UU a finales de 2001, tras dos días de enfrentamientos desatados por una ofensiva coordinada de los insurgentes en la zona.
La OTAN calcula que unos 60 milicianos han participado en los ataques, mientras que los propios insurgentes hablan de un centenar. Según la policía, la mayoría de ellos eran paquistaníes. El presidente afgano, Hamid Karzai, los considera como la respuesta de los extremistas a la muerte, el domingo pasado, del líder de Al Qaeda en una operación de las fuerzas especiales de EE UU en Pakistán. Un portavoz talibán, en cambio, ha asegurado que la ofensiva estaba decidida y preparada desde hace tiempo.
Los enfrentamientos han paralizado durante el fin de semana la ciudad, centro comercial del país. Las tiendas han cerrado y las calles se han vaciado de gente, que se ha refugiado en sus casas a la espera de que cesen la violencia.
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