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Simancas replica a Villalobos: "Sí que es 'tontita"

El excandidato socialista a la presidencia de Madrid afea en su blog el comentario de la diputada del PP

El excandidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Rafael Simancas, ha reprochado hoy en su blog las declaraciones que ayer hizo la diputada del PP, Celia Vilalobos, que se refirió a los discapacitados como "tontitos". Con el título Villalobos sí que es tontita, Simancas describe todas las acepciones de "tonto" del Diccionario de la Real Academia y las aplica a Villalobos.

Este es el contenido del texto:

Celia Villalobos ha calificado como "tontitas" a las personas que sufren discapacidad intelectual en nuestro país. Lo ha hecho en su condición de diputada y representante de los ciudadanos de España. Lo ha planteado en una reunión formal de la Mesa del Parlamento que promulga las leyes que han de proteger los derechos y libertades de todos los españoles, incluidos aquellos que padecen discapacidad. Y además se ha permitido insultar al Presidente que le recriminaba tal comportamiento.

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Se me ocurren reproches de diverso tipo y condición para afear la conducta de esta diputada. Ni siquiera aludiré a su grupo político, porque me parecería injusto extender su mancha entre quienes con seguridad desaprueban tal hecho tanto como puedo hacerlo yo. Sé de muchos diputados, de todos los grupos, que, como yo, conviven familiarmente con personas que en el día de ayer fueron objeto de grave descalificación por parte de Celia Villalobos. Los reproches pueden ir de lo político a lo moral, de lo institucional a lo humano. Pero hoy me limitaré a lo meramente semántico.

Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), el término "tonto" cuenta con varias acepciones. En su célebre intervención parlamentaria, la diputada Villalobos probablemente quiso hacer uso de aquella que alude al "padecimiento de cierta deficiencia mental". Es exacta. Dura, pero exacta. Injusta, pero exacta. Dolorosa, pero exacta. Dudo que la diputada utilizara semejante palabra para dirigirse a un hijo suyo en situación de discapacidad, si lo tuviera, pero el término es exacto.

Ahora bien, un somero repaso por ese mismo diccionario nos alumbra sobre otras acepciones en el término "tonto". La Academia también adjudica esta palabra a aquél que actúa "falto o escaso de entendimiento o razón". ¿Podrían considerarse como faltas de razón aquellas recomendaciones desde el Ministerio de Sanidad para combatir la encefalopatía espongiforme con calditos de hueso porcino? Para muchos, puede que sí.

"Tonto" se equipara asimismo a "absurdo" por parte de la RAE. ¿Y cuántos españoles entenderán como absurdo el comportamiento de aquella diputada que increpaba al conductor "Manolo" con el "¡Venga, coño, joder! ¡No eres más tonto porque no te entrenas!", según el video que aún bate récords de visionados en Youtube.

Los académicos proponen todavía más acepciones: "actuar desbaratadamente, sin orden ni concierto", "mostrar petulancia, vanidad o terquedad", "persona pesada o molesta". ¿Y no podría entenderse como merecedora de todos estos epítetos la conducta de esa diputada que debe ser llamada con frecuencia al orden desde la Presidencia del Parlamento por no respetar los turnos de intervención, o que aludió en el seno de la dirección de su partido a la ausente Esperanza Aguirre, al parecer, como "esa hija de puta" por atreverse a desafiar al jefe?

Otra posibilidad más en el diccionario: según la Academia, "hacerse el tonto" equivale a "aparentar que no se advierte algo de lo que no le conviene darse por enterado". ¿Y no viene al pelo esta descripción para calificar aquella larga cambiada que la señora Villalobos dio al juez cuando le preguntó por el reiterado y presunto interés del señor Fabra sobre la agilización de las autorizaciones para comercializar determinados productos sanitarios?

En consecuencia, puestos a establecer un ranking de "tontitos" a partir de las acepciones del diccionario de la Real Academia, la diputada Villalobos gana con mucha ventaja a cualquier persona con discapacidad intelectual, con el agravante de que aquélla practica la "tontería" desde su libre albedrío, mientras que la mayor parte de los discapacitados intelectuales lo son por enfermedad, accidente o disfunción genética ajena a su voluntad.

Aunque bien pensado, para atribuir justamente tal epíteto a la señora Villalobos bastaría con señalar la lamentable falta de sensibilidad que muestra una representante de los ciudadanos, que además ha sido Ministra de Sanidad, contribuyendo a la estigmatización y el desprecio social de aquellos a los que debe especialmente respeto y protección.

La coartada de la "tierra" es más sangrante, si cabe. Mis padres y los padres de mis padres son andaluces. Y jamás les escuché insulto alguno a aquellos que no tienen posibilidad de defenderse.

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