Zapatero considera que la situación de Marruecos es diferente de la de Túnez, Egipto y Libia
El presidente del Gobierno señala en una entrevista con Reuters que Europa debe apoyar económica y políticamente el nacimiento de las nuevas democracias en Oriente Próximo.- Marruecos ofrece más posibilidades para la estabilidad y el progreso
Zapatero aplaude el nacimiento de nuevas democracias en Oriente Próximo y el norte de África, e insta a Europa a ofrecerles apoyo político y económico, según señala en una entrevista concedida a la agencia Reuters. Además, el presidente del Gobierno condena la violencia de la represión de las protestas antigubernamentales en Libia.
El jefe del Ejecutivo cree además que la Unión Europea debería plantear la creación de un banco para ayudar a las nuevas democracias emergentes en la reconstrucción de la región, como el que se puso en marcha para los países de Europa del este tras la caída del muro de Berlín, en 1989.
"Es histórico. Probablemente somos testigos de una oleada de nacimientos de nuevas democracias", señala el presidente. "Queremos democracia. Queremos reformas. No queremos violencia. La condenamos", subraya Zapatero, que insta a la Unión Europea a apoyar activamente a los nuevos Gobiernos tras la derrota de los dirigentes autoritarios".
Es el caso del Gobierno del autócrata Muamar el Gadafi, en Libia, donde las protestas populares amenazan con poner fin a 40 años de régimen, tras la caída de los Gobiernos de Túnez y Egipto. También en Marruecos miles de ciudadanos se han echado a las calles para que el rey Mohamed VI ceda parte de sus poderes.
Con todo, Zapatero considera que la situación de Marruecos es diferente de la de sus vecinos que han sufrido revueltas populares, dado que cuenta con un sistema multipartidista. "Por supuesto que las cosas son diferentes en Marruecos. Es un país que ha hecho reformas (...) Es verdad que sus ciudadanos quieren más reformas, pero es una situación diferente con más potencial para la estabilidad y el progreso gradual", dice.
Preguntado por la posibilidad de que los alzamientos populares en el norte de África puedan plantear una amenaza para la seguridad de Europa, responde: "La lucha por la democracia está por encima de cualquier otra consideración". No obstante, cree que las revueltas implican un impacto económico y social como los nuevos flujos migratorios. "Más allá del efecto sobre unos países u otros, la preocupación de carácter económico general es el impacto en la evolución del precio de petróleo", subraya.
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