Felipe González advierte a Zapatero de que cada vez tiene "menos margen" para no ser candidato

Felipe González ha entrado hoy de lleno en el debate sucesorio en torno a la candidatura con la que el PSOE concurrirá a próximas elecciones generales de 2012 al recomendar a José Luis Rodríguez Zapatero que no postergue demasiado su decisión de presentarse o no a los comicios. En una entrevista en Hoy por Hoy, en la Cadena Ser, el ex presidente del Gobierno ha dicho que cuanto más se acerque la fecha, "más difícil" será para Zapatero anunciar que se retira. "Si estuviera dentro de la sala de máquinas pensaría que mientras más se acerque la fecha de la confrontación electoral tendría menos margen para decir que no. De eso estoy personalmente absolutamente convencido".

González ha explicado que la urgencia del momento viene dada por la mala situación que atraviesan los socialistas en las encuestas, que apuntan a que una hipotética candidatura de Alfredro Pérez Rubalcaba acortaría distancias con el PP. "Si uno se coloca encima de las elecciones es difícil decir que ahora no voy. No es tan difícil decirlo si tiene una ventaja electoral de cinco puntos, pero si tiene una desventaja de diez puntos es muy difícil", ha dicho.

El exjefe del Ejecutivo ha reconocido a continuación el desgaste de Zapatero, que está "tan tocado como Rajoy". Así, ha recomendado al presidente que asuma ese desgaste y que actúe en consecuencia. "El presidente del Gobierno debe ser consciente que lo está [tocado] y que está pagando las consecuencias de la gestión de la crisis, como otros muchos dirigentes, y Rajoy está pagando las consecuencias de la gestión de la nada".

En este contexto ha insistido en que si Zapatero desea ser el candidato del PSOE en las generales de 2012 no basta con su decisión personal, sino que tiene que pasar por los trámites "normales" del partido. González ha explicado que el hecho de no volverse a presentar como cabeza de lista de los socialistas forma parte de la "libertad personal" de Zapatero, "de las limitaciones propias de la responsabilidad", pero, ha enfatizado, eso no basta en el caso en el que decidiera seguir siendo el candidato.

"Decir que uno no va forma parte de su libertad personal pero decidir que uno va no forma parte de esa libertad más que en trozo de la decisión. Uno dice que va y, además, tiene que pasar por los trámites normales en un partido democrático", ha insistido González, recordando que durante su etapa en el Gobierno se armó un "lío" cuando en 1989 anunció que esa iba a ser la última legislatura en la que se presentaría.

Garzón y las "líneas rojas"

En otro momento de la charla con el periodista Carles Francino, Felipe González se refiere a las últimas declaraciones del juez Baltasar Garzón, incluidas en el último documental dirigido por Isabel Coixet y que este periódico reprodujo ayer en exclusiva. En opinión de González, el ex magistrado de la Audiencia Nacional ha pisado "algunos callos" y "un par de línes rojas" que en España "duelen mucho", por lo que la reacción en su contra ha sido "muy dura".

El expresidente se ha solidarizado a su manera con el magistrado al asegurar que así, "totalmente indefenso", se sintió él durante siete años cuando el propio Garzón investigaba los crímenes del GAL. "Se hablaba de mí, que si procesaba o no, y era Garzón el que tenía abierto un procedimiento que en un momento determinado cerró y dijo que había ninguna causa. Mientras tanto a mi ni me llamaron a declarar, ni me permiteron presentar una prueba de nada", ha recordado el ex presidente.

Una reforma mal vendida

González también se ha referido al nuevo escenario de ausencia de violencia en el País Vasco y a la presentación, este lunes en Bilbao, de la nueva Batasuna con un rechazo expreso de la violencia de ETA. Batasuna "tienen desafíos muy serios por delante para cumplir la ley", según González, quien ha recordado qe la última palabra sobre su legalidad la tendrán los tribunales.

Respecto a la reacción del Ejecutivo ante la crisis, González no ha dudado en incluir cierto grado de crítica en su discurso. "Toda Europa ha tardado demasiado en reaccionar a la situación de emergencia", ha afirmado. "El Gobierno ha tardado menos que otros pero también ha tardado".

La reforma de las pensiones rubricada por el Gobierno y los agentes sociales la pasada semana es, en opinión de González, algo necesario en la España del siglo XXI. El problema para el expresidente no está en el contenido de la reforma sino en que el Gobierno ha fallado a la hora de comunicar a la ciudadanía una medida de tanto calado social. "La demografía ha cambiado y hay que alargar la edad de jubilación para hacer sostenible ese sistema de pensiones publico y solidario". "Esto que digo con toda claridad no se lo oigo decir al Gobierno", ha lamentado. "¿Por qué hay que reformar las pensiones? Porque creemos en ellas y no me importa decírselo a los ciudadanos".