Garzón afirma que es víctima de una 'caza de brujas'
"Estoy tranquilo, pero cabreado", afirma el magistrado en Barcelona
Estoy tranquilo, pero también cabreado". El juez Baltasar Garzón sintetizó así su estado de ánimo en una visita, ayer, a Barcelona, donde afirmó sentirse víctima de una "caza de brujas" para apartarle de la Audiencia Nacional. "Trataré de demostrar mi inocencia. Claro que, cuando no te dejan presentar pruebas, es difícil", dijo Garzón en un diálogo con el exfiscal jefe de Cataluña, José María Mena, durante la semana de novela negra BCNegra.
Garzón, que se encuentra suspendido de funciones, cree que ha sido castigado "por interpretar las leyes de una forma determinada y proteger a las víctimas". La consecuencia, añadió, es que se ha acabado criminalizando "a quien investiga los crímenes" [del franquismo]". "Es absurdo e incomprensible", remachó Garzón ante un público cómplice que dejó pequeño el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona. "Aún no sé por qué se me investiga. Solo pido ser igual que todos ante la ley".
El juez alertó de que su caso puede ser un precedente peligroso de cara al futuro y aseguró que "por dignidad y ética" no piensa "renunciar a interpretar la ley con independencia". Le defendió a capa y espada Mena: "Si se hubiera bajado los pantalones, aunque fuera un poquito, seguiría de servicio", dijo el fiscal, que denunció el "acoso y derribo" de Garzón, involucrado en tres causas por el Tribunal Supremo: "Una ataca mis ideas; otra, mi honestidad, y la tercera, mi integridad profesional", resumió el juez. Garzón y Mena mantuvieron una conversación viva en la que subrayaron la importancia de evitar que el crimen organizado se infiltre en las instituciones.
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