La Audiencia concede la semilibertad al etarra Beltza por haberse arrepentido
El juez deniega un permiso penitenciario al miembro de la banda Ángel Carlo Figueroa, por pedir perdón "por imperativo legal"
El juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro Antonio, ha decidido conceder el segundo grado al etarra Luis María Lizarralde Izaguirre, Beltza, por su "ruptura con la banda terrorista". "Su actitud, conducta y comportamiento están mostrando que esta desvinculación es real", según el auto hecho público hoy.
Lizarralde remitió dos cartas, el 12 y el 21 de enero de 2010, en las que mostraba su arrepentimiento y pedía perdón a las víctimas. "Hace varios años que me alejé de la línea de la organización armada siendo crítico con ella. He roto con la disciplina del colectivo [de presos]", escribía en su primera misiva Lizarralde, que aseguraba haber renunciado a los abogados de ETA y haber nombrado para su defensa al abogado Iñigo Iruin.
En su segunda carta, Lizarralde reconocía que con "su actuar como militante de la organización ETA", había causado "daño y creado dolor". "Por todo ello, pido perdón a las víctimas" y "renuncio al uso de la violencia para conseguir fines políticos ya que estos se pueden defender con vías pacíficas tanto civiles como políticas", afirmó Beltza. Y concluía: "Tengo compromiso de hacer frente a la responsabilidad civil. Abandono el colectivo de presos políticos vascos".
Lizarralde fue extraditado desde Uruguay en 1994 y desde entonces cumple condena por el asesinato del coronel Luis de la Parra Urbaneja, por el que se le impuso una pena de 32 años de cárcel, y por un atentado en Guipúzcoa en el que murió un agente de la Guardia Civil y otro resultó herido, por los que fue condenado a otros 42 años de prisión. Aunque estaba previsto que saliera de la cárcel en noviembre de 2009, no quedará en libertad hasta mayo de 2022, en aplicación de la doctrina Parot.
Con la medida aprobada hoy por el juez, Lizarralde, recluido en la actualidad en la prisión de Nanclares de Oca (Álava), podrá salir los días de diario para recibir formación académica, aunque dormirá en el centro penitenciario y no disfrutará de salidas de fin de semana.
Falso arrepentimiento
El magistrado Castro ha negado, en cambio, el permiso de salida de 12 días al etarra Ángel Carlo Figueroa al considerar "que no aparece en los escritos del interno una manifestación de arrepentimiento claro, tajante e incondicionado".
En una carta, Figueroa pide perdón a las víctimas y repudia la violencia "por imperativo legal". Según el juez, el "arrepentimiento no puede quedar sometido a condición ni puede ser impuesto por algún imperativo distinto del propio sentimiento y voluntad de quien lo emite". Por tanto, según concluye Castro en un auto publicado hoy, "un arrepentimiento impuesto por imperativo legal [...] es evidente que no es válido".
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