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SI YO TE CONTARA... HISTORIAS DE LOS LECTORES

Yo también fui 'ni-ni'

Me considero afortunada por trabajar en lo que me gusta y con buenas condiciones. Entonces, ¿por qué escribo? Para lanzar un mensaje de esperanza y, sobre todo, de lucha y esfuerzo

Mi nombre es Susana y, aunque la crisis no me ha afectado como a otros jóvenes, sí he tenido una trayectoria más que variada y con muchos altibajos. Tengo 34 años y, en mi adolescencia, comencé a fracasar en los estudios, aunque nunca dejé de estudiar, llegando a matricularme hasta tres años consecutivos de un mismo curso. La verdad es que estudié Bachillerato, COU e incluso me presenté a la Selectividad, aunque suspendí por una décima y, como no tenía claro qué estudiar, me dediqué a otros menesteres.

Mientras seguía cursando otro tipo de estudios, alternaba con trabajos de todo tipo, a cuál con peores condiciones y más decepcionante. Como os digo, no tenía claro a qué quería dedicarme, pero desempeñar ocupaciones que no me agradaban me ayudó a clarificar totalmente lo que no quería en mi vida. Trabajé por horas, por días, a media jornada, a jornada completa, con turnos rotativos, de noche, festivos, fines de semana, etc.

A los 25 años decidí que iba a aprovechar la oportunidad de poder estudiar una carrera y me matriculé en la UNED en Educación Social a los 26. La terminé a los 30 y, a los pocos meses, comencé a desempeñar trabajos relacionados con dicha titulación. Aprovechaba todo lo que me ofrecían, porque me convencí a mi misma de que tenía que recuperar los años que habían pasado desde que podría haber terminado la carrera si la hubiera estudiado a su debido tiempo. Y también realicé multitud de cursos para compensar la falta de experiencia.

Dos años más tarde decidí matricularme en Psicopedagogía y, cada vez, fui encontrando trabajos mejores, con mejores condiciones y horario. Actualmente, desarrollo un proyecto con adolescentes, intentando ayudarles a reaccionar lo antes posible, pues ellos también han fracasado en los estudios y los han abandonado.

Me considero muy afortunada por trabajar en lo que me gusta y con unas buenas condiciones. Entonces, diréis, ¿por qué nos escribe? Pues, lo hago para lanzar un mensaje de esperanza y, sobre todo, de lucha y esfuerzo a las nuevas generaciones que, por gozar de innumerables objetos materiales, a veces dejan de valorar las cosas más sencillas y, lo más importante, de valorarse ellos en un mundo que, cada vez, exige más especialización y conocimientos.

Yo también fui ni-ni, pero no porque no trabajara ni estudiara, sino porque también estuve desorientada, perdida, sin saber qué hacer con mi vida ni hacia dónde dirigirla. Y sólo el afán de superación y alguna que otra experiencia dolorosa que me hiciera abrir los ojos, me ayudaron a clarificarme, definirme y encontrar mi lugar.

¡Ánimo a tod@s aquellos que, como yo, perdieron el rumbo en un momento de su existencia! El timón continúa estando ahí y sólo necesita a alguien que lo tome.

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