El juego de ETA
El comunicado de ETA está fuera de tiempo. Nos habla en claves de un pasado afortunadamente superado. La banda terrorista actúa como si todavía dispusiese de la capacidad que tuvo en el pasado para marcar el ritmo político del país. Pero hace mucho que la perdió.
La banda terrorista demuestra no haber entendido nada de lo que ha pasado, dónde estamos, a dónde hemos llegado, tras tantos años de barbarie. No han entendido todavía que carecen de cualquier capacidad de maniobra. Que solo su desaparición, sin más dilaciones, podría tener algún impacto en la situación política.
La sociedad vasca -y la española- esperaba en un puro tedio la tregua de ETA. La había amortizado ya por adelantado, haciéndola casi intrascendente desde el punto de vista político. No lo han entendido; o se resisten a aceptar sus consecuencias.
El comunicado es un elemento en el juego político de ETA. La banda trata de sacar fuerzas de flaqueza y manifiesta sus pretensiones, en un intento postrero de obtener ventajas políticas. Y, lo que es lo mismo, de justificar su propia existencia.
Pero no puede ocultar su debilidad. Frente a lo que ha acostumbrado en el pasado, la banda no pone condiciones explícitas para que el "alto el fuego permanente" se convierta en un abandono definitivo de la actividad terrorista, en su desaparición.
Sin embargo, siguen presentes los mismos elementos indispensables para la resolución del 'conflicto político'. Y ETA limita a la propia declaración de tregua su 'compromiso firme con un proceso de solución definitivo y con el final de la confrontación armada'.
Se trata, aún en su debilidad, de dejar abierto el juego en los términos que interesan a ETA, según las reglas que más le convienen. Aunque la mayoría de Batasuna parezca estar ya convencida de que el tiempo de la banda haya terminado, ETA no parece compartir esa convicción y trata de dejar abiertas las puertas.
Pero ETA no es la única interesada en este juego. La gestión de la tregua y de su tiempo político interesa sobre todo a Batasuna que pretende capitalizar la herencia de ETA y necesita hacerlo ya, antes de que se desvanezca definitivamente. E interesa a EA, que, a la sombra de los herederos de ETA, confía en su resurrección política. Son quienes han tratado de inflar las expectativas de una declaración de tregua que solo tenía interés como parte de su estrategia política.
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