_
_
_
_
_

Acusado el compañero de la mujer hallada muerta en el incendio de El Ejido

Detenido un hombre con un arma ilegal por maltratar a su pareja

La Guardia Civil ha detenido al compañero sentimental de la mujer cuyo cadáver fue hallado este sábado en una vivienda incendiada en El Ejido (Almería) acusado de un presunto delito de homicidio por imprudencia. La investigación de los agentes ha llevado a acusar a la pareja de la víctima de estar relacionado con el suceso en el que murió la compañera.

La mujer había denunciado a su pareja en mayo por malos tratos, según informó la coordinadora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer en Almería, Agueda Cayuela. Tras pedir ayuda en el teléfono 900 200 999, de atención a las víctimas de violencia de género del IAM, y estuvo una noche en el centro de emergencias. Al día siguiente, ha explicado Cayuela, la mujer faltó a la celebración de la vista rápida, por lo que desde el servicio de acogida se dio aviso al juez que envió a la Guardia Civil a que se personara en el domicilio. La mujer fue localizada en el domicilio del agresor e indicó a los agentes que no se iba a personar en la denuncia.

Más información
Mujer de más de 40, rural y que no se atrevió a denunciar

La Guardia Civil ha detenido también en Pilas (Sevilla) a M.P.B., de 54 años, tras haber sido denunciado por su pareja de malos tratos y por poseer un revolver de procedencia ilícita. La mujer "en estado de gran nerviosismo" se personó ante los agentes para denunciar malos tratos continuados.

En el registro de la vivienda, los agentes localizaron un revólver del calibre 38 y gran cantidad de munición, todo envuelto en un paño de tela y oculto en la parte alta de un mueble del salón, tras lo que el hombre confesó que ha introducido el arma de forma ilegal desde Italia.

Órdenes de protección

Son dos episodios más de un conflicto que no para. Las órdenes de protección emitidas en 2010 en Andalucía para mujeres maltratadas han aumentado en el último año en mil, hasta alcanzar las 3.455, según los datos contabilizados a 31 de octubre por la Delegación del Gobierno en la comunidad.

Una de estas mujeres, Francisca, nombre no real para proteger su identidad, sufrió la agresión hace siete años, en junio de 2003, a pesar de lo cual aún no puede evitar prorrumpir en llantos al recordar lo que le ocurrió, a la vez que reconoce que tiene "miedo" de salir a la calle.

Su agresor ya había sido condenado en 1994 a 20 años de cárcel por matar a su esposa, pero en 2002 estaba en libertad tras cumplir parte de la condena y por su buen comportamiento en la prisión.

Ese año conoció a Francisca, que se había quedado viuda con dos hijos y desconocía los antecedentes de su agresor, con el que comenzó una relación que fue degenerando en episodios violentos hasta que le quemó su coche y poco después la golpeó, hechos que provocaron su condena por los delitos de maltrato habitual, allanamiento de morada y daños.

Su agresor salió de prisión en septiembre de 2009, y desde entonces la mujer está incluida en el programa de protección que ofrece la policía a través de la UPAP, la Unidad de Prevención, Asistencia y Protección a la Mujer Maltratada.

El responsable de la UPAP en Sevilla, Carlos Sánchez, sostiene que la eficacia que logra con los doce agentes destinados a proteger a mujeres "es casi del cien por cien".

Cada uno de los agentes, todos hombres, protege a entre 30 y 40 mujeres, que están catalogadas en cinco niveles de riesgo: extremo -que se produce los días posteriores a que denuncie la agresión-, alto, medio, bajo y no apreciable.

Cuando el riesgo es extremo, los agentes están ante el domicilio de la mujer incluso las 24 horas del día, según Carlos Sánchez, que anima a las mujeres maltratadas a denunciar para no entrar "en el círculo de la violencia", que consiste en perdonar la primera agresión hasta que se repite, lo que les provoca un "sentimiento de culpabilidad y sumisión".

Con la ayuda de la Policía, las mujeres maltratadas "lograrán salir de esa situación" porque los agentes actúan con las agredidas y también con los agresores tras recibir una formación específica sobre cuestiones legales y psicológicas para que tengan una "actitud especial" con las víctimas, según subraya el responsable de la UPAP.

Francisca confirma que se siente "segura" con la presencia cercana de los agentes policiales, a los que puede llamar en cualquier momento que perciba alguna circunstancia extraña.

Sólo lamenta que aún no haya prosperado la petición que ha hecho a varias administraciones para cambiar "urgentemente" su casa, donde recibió la última agresión, por otra cuya dirección no conozca el agresor, porque "lo que vale es la vida de la persona, no lo material", ha enfatizado.

En este sentido, el Área de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla ha precisado a Efe que están haciendo gestiones para ese cambio de domicilio, que ya han hecho en otros casos similares, aunque aún no pueden ofrecer una fecha aproximada de cuándo podrá hacerse.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_