Mas defiende ahora la emisión de bonos para reactivar la economía

Convergència i Unió (CiU) ha activado desde hace tiempo todas las alarmas y avisa que en las arcas de la Generalitat no hay ni un euro. Y Artur Mas, candidato convergente, le puso ayer nombre y apellidos a esa realidad: una deuda de 40.000 millones. "Hace cuatro años era la mitad", deploró el candidato convergente en una reunión con un centenar de empresarios. Ante esa tesitura, Mas no descartó "en absoluto" seguir la senda del tripartito y emitir bonos en el futuro: "No lo critico ni lo descarto. Lo que no puede ser es que ese dinero se use para pagar las nóminas, la luz y el agua y no para generar más políticas de liquidez y crédito".

Contrasta la actitud de Mas, ayer, con la del pasado mes de octubre, cuando el líder nacionalista criticó duramente la emisión de bonos, tanto por el alto precio que pagará la Generalitat como por lo "vacía" que está la caja de la Generalitat. Dirigentes de CiU temen la situación real de la caja y ya están empezando a abonar el terreno de su eventual política económica. Fiel a su discurso de que la lucha contra la crisis es la prioridad, Mas empezó la campaña simbólicamente hablando de su plan para reactivar la economía para que Cataluña "despegue". Su objetivo es que esta comunidad vuelva la próxima legislatura a una tasa de paro en torno al 10%.

Por la noche, no se movió ni un milímetro de ese guión en el mitin en Reus ante unas 1.300 personas en el pabellón de Pare Manyanet. "Es que no nos podemos mover de aquí en 15 días. Sé que es aburrido y que nos pasaríamos mejor si hiciéramos chistes sobre el tripartito pero ahora no toca", dijo en medio de aplausos. Y acabó casi agradeciendo la encuesta del CIS que le sitúa a nueve escaños de la mayoría absoluta para provocar la movilización de su electorado: "La encuesta nos viene como agua de mayo".