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Trece años de cárcel para el hombre que descuartizó una mujer en Roda de Barà

El asesino mató a su compañera de trabajo para conservar el empleo como masovero

La Audiencia de Tarragona ha condenado a 13 años de cárcel a Gilberto López, el paraguayo de 51 años que mató a la mujer que fingió ser su pareja para lograr empleo como masoveros en una finca de Roda de Barà (Tarragona). Después descuartizó el cuerpo de la fallecida y lo trasladó en dos bolsas de basura a unos 70 kilómetros de distancia hasta Sant Just Desvern (Barcelona), señala la sentencia.

El fiscal solicitó 14 años de cárcel por el delito de homicidio, cinco meses por profanación de cadáver y otros cinco por exigir luego el sueldo como masovero de la asesinada, lo que constituye un delito de tentativa de estafa. La Audiencia solo ha condenado al acusado por homicidio y admite que, como señaló el asesino durante el juicio, la fallecida no era su pareja. Solo fingieron serlo para convencer a los dueños de la finca de que les contrataran.

Los hechos se produjeron en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre de 2007. Precisamente el sentenciado mató a la mujer por temor a perder ese empleo ya que la víctima reprochó al asesino su poca implicación en las tareas domésticas y amenazó con revelar la verdad sobre ambos a los propietarios de la finca: que la documentación presentada para conseguir el empleo era falsa y que en realidad no eran matrimonio, señala la sentencia.

El agresor la golpeó y asfixió hasta causarle la muerte. Luego cogió un cuchillo carnicero, seccionó el cuerpo de la víctima en dos mitades y los introdujo en sendas bolsas de basura que trasladó con el vehículo con que solían realizar tareas para la finca.

Descuartizar para no asustar a los dueños

La templanza con que el asesino cuarteó el cadáver de su pareja protagonizó la declaración del acusado durante la vista celebrada en la Audiencia de Tarragona el mes pasado. El condenado admitió que seccionó el cuerpo con un cuchillo y repartió las partes entre una maleta y una bolsa de basura para ocultarlos. "Se me vino a la mente cortar el cadáver para no dañar a los propietarios. El dueño sufre del corazón", justificó.

El homicida explicó que ambos sirvieron la cena a los dueños y se retiraron a un inmueble anexo, donde dio muerte a la mujer de forma accidental, aunque la autopsia dictaminó que esta falleció por asfixia. El jurado popular solo concedió credibilidad al asesino en el motivo por el que este decidió descuartizar a su pareja. El objetivo fue ocultar el cuerpo, según el jurado, por lo que absolvió al acusado del delito de profanación del cadáver.

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