Benedicto XVI se despide tras reunirse con Zapatero
El presidente de Gobierno reconoce el peso de la Iglesia, pero garantiza la libertad de todos .- El Papa finaliza su visita "abrazando a todos los españoles, sin excepción"
La ceremonia pública de despedida a Benedicto XVI en Barcelona ha transcurrido en un ambiente solemne y ajeno a la polémica que el Papa encendió ayer al criticar el anticlericalismo pocos minutos antes de aterrizar en Santiago de Compostela. Antes de los discursos, el pontífice se ha reunido con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien ha reconocido las relaciones entre el Gobierno español y el Vaticano, pero en el contexto de un Estado aconfesional "que garantiza la libertad de todos".
El mandatario español también ha transmitido a Benedicto XVI la importancia de la reunión del Grupo de los 20, que se celebrará la próxima semana en Séul, donde se discutirá la situación de la crisis económica mundial y se buscará un equilibrio más justo, con el enfoque en los países más pobres. El Palacio de la Moncloa ha informado en un comunicado que el breve encuentro se ha desarrollado de manera "cordial". También ha sido la oportunidad de Zapatero de asegurar al Pontífice la colaboración del Gobierno en su visita a Madrid, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará del 16 al 21 de agosto del próximo año.
En un gesto conciliador, el pontífice ha expresado en su discurso de despedida su "deseo" de "abrazar a todos los españoles, sin excepción alguna, y a tantos otros que viven entre vosotros sin haber nacido aquí". El pontífice ha dicho que rezará por todos ellos para que los "dones celestiales os ayuden a vivir como una sola familia, guiados por la luz de la fe". Finalmente, se ha mostrado esperanzado de que la fe "alcance nuevo vigor en este continente".
Acompañado de la reina Sofía, el Rey Juan Carlos I tampoco se ha referido a ninguno de los temas espinosos que tensionan la relación bilateral entre El Vaticano y España y se ha limitado a agradecer encarecidamente al Papa su visita de dos días a España. "¡No sabéis cuánto os lo agradecemos!", ha exclamado el monarca, que ha hablado "en nombre propio y del pueblo español y también de nuestro Gobierno, de las autoridades autonómicas y municipales que en estos días os han recibido".
Además de los Reyes, han acompañado a Benedicto XVI el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach; el presidente de la conferencia episcopal, Antonio María Rouco Varela, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el de la Generalitat, José Montilla. También han estado en la tribuna el ministro Ramon Jauregui, el delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu y el presidente del Parlament, Ernest Benach. En un segundo plano han escuchado los discursos los líderes y candidatos a la Generalitat de CiU y PP, Artur Mas y Alicia Sáncehz Camacho.
Un millar de entregadísimos fieles, en su mayoría jóvenes y familias con hijos pequeños, han arropado a las autoridades en su despedida al Papa. Durante la larga espera de más de dos horas, no han parado de corear vítores como "Se nota, se siente, el papa está presente" o "Esta es la juventud del Papa", además de vivas a España y al propio pontífice.
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, ya ha dejado claro a mediodía en un breve encuentro con periodistas que la reforma de la Ley de Libertad Religiosa no ha aparecido en ninguna de las conversaciones que el pontífice ha mantenido con las autoridades españolas en los dos últimos días. "Este es un viaje pastoral y los encuentros de Benedicto XVI han sido de amistad, de cordialidad, no para discutir temas concretos".
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