Boda maldita en el paraíso
Una pareja suiza que se casó en Maldivas descubre que sus votos matrimoniales fueron reemplazados por insultos
"Ustedes son unos cerdos. Los hijos que nazcan de esta unión serán cerdos bastardos porque este matrimonio no es válido". Por bonitas que sonaran las palabras en la lengua local de Maldivas, su significado no era otro que este. Y así fue bendecida la boda de una pareja suiza que decidió celebrar su unión en un paradisíaco complejo hotelero.
En el momento de la boda, la pareja no se enteró de nada. Eran ajenos al peculiar sermón que recibían durante la ceremonia, oficiada por un empleado del hotel en el idioma nativo, el dhivehi. Pero una vez de vuelta en casa, alguien colgó parte del vídeo de la boda en Youtube, y la aldea global hizo el resto.
Varios internautas subtitularon las imágenes y la humillación quedó en evidencia ante todo el mundo. El vídeo se ha convertido en poco tiempo en uno de los más vistos de la Red y el propio gobierno de Maldivas ha pedido disculpas públicas a la pareja, al mismo tiempo que ha prometido que los culpables no quedarán impunes.
El ministro de exteriores maldivo, Ahmed Shaheed, ha asegurado que la policía está investigando al personal del hotel, llamado Vilu Reef, para descubrir de quién fue la idea de sustituir los votos de matrimonio por el reguero de insultos y ofensas de corte sexual y religioso en su lengua nativa. Y es que está en juego la reputación turística de un país con fama de ser un destino paradisíaco para acomodados occidentales en sus exclusivas vacaciones.
El sermón
El vídeo de la boda no tiene desperdicio. La pareja junta sus manos en señal de oración mientras el empleado del hotel dice en tono sacerdotal: "Este matrimonio no es válido porque ustedes comen cerdo y son infieles. No son el tipo de personas que pueda casarse. Tenemos razones para creer que un ateo que no cree siquiera en la religión es desleal y un cerdo".
La ceremonia, por la que el hotel cobró a la pareja poco menos de 1.000 euros, continúa en tono similar: "Ustedes fornican y hacen muchos niños. Beben y comen cerdo. Muchos de los niños que nacen de ustedes vienen marcados con manchas y puntos". Mientras tanto, los miembros del servicio que graban la escena debaten entre ellos si la novia lleva o no sostén.
"No le mires los pechos", dice uno cuando la contrayente se agacha para plantar una palmera en una parte de la ceremonia. "Se me ha puesto la barba blanca de tanto mirar esas cosas. Desde que trabajo aquí he visto tantas, que ya no sé ni lo que veo cuando las miro".
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