La familia de un adolescente detenido por matar a su padrastro tenía atemorizados a los vecinos de un pueblo de Madrid
El hombre asesinado y sus dos hijastros, menores de edad, habían sido arrestados por varios robos en Fuente el Saz de Jarama (Madrid). "Me pegaba a mí y a mis hijos y nos amenazaba con un cuchillo", dice la madre sobre el fallecido
Daniela Pop, trabajadora de un geriátrico, es la mujer de un hombre muerto y, al mismo tiempo, la madre de su asesino. "Mi pareja se pasaba el día bebiendo, no trabajaba en nada", cuenta en el salón de la casa donde se produjo el crimen. "Me pegaba a mi y a mis hijos. Cuando estaba muy borracho sacaba un cuchillo y lo ponía encima de la mesa para amenazar. Y mira ahora, de cuchillo ha muerto, el pobre". Daniela es la madre de Alejandro R,. 15 años, un chaval detenido por matar a su padrastro, Dumitru Matei, de una puñalada la pasada noche. Una familia que tenía en vilo al pueblo madrileño donde viven, Fuente el Saz de Jarama (6.000 habitantes) según varios testimonios de los vecinos. Los dos hijos varones de la mujer, menores de edad, y el fallecido han sido detenidos por robo en varias ocasiones, según fuentes policiales. "Mis niños han cogido miedo, no quieren salir a la calle", cuenta un vecino del mismo edificio en el que vive la familia. "Lo mismo robaban una caja de vino del bar de enfrente que los veías trepando por la azotea intentando colarse en alguna casa. Ha sido un caos desde su llegada". Alejandro, el detenido, le robó las llaves del coche a una vecina, amiga de su madre, y destrozó el vehículo en un descampado. La comunidad de propietarios había debatido la forma en que podían obligar a la familia a dejar el apartamento, por el que adeudaban varias mensualidades. El dueño de la vivienda, un dúplex había comenzado ya los trámites para llevar a cabo un desahucio.
La familia, de origen rumano, vive en Fuente El Saz de Jarama desde hace algo más de un año. Alejandro R., un chico problemático de 15 años, discutía habitualmente con su padrastro, Dumitru Matei. La noche del viernes se enzarzaron mientras bebían cerveza en presencia de otro familiar. El hombre, según ha declarado el menor en el juzgado, le dio dos puñetazos y una bofetada. A continuación, el padrastro agarró un cuchillo y los dos comenzaron a forcejear en la cocina. Matei acabó con el arma clavada en la barriga y llegó a decir: "Mira lo que ha hecho. Me ha matado".
El fallecido tenía 43 años y estuvo este año imputado por malos tratos en el ámbito familiar por el juzgado de violencia de la mujer número 1 de Torrejón de Ardoz, aunque al final su pareja retiró la denuncia. Había sido detenido por un robo con fuerza y actualmente no tenía empleo. "No era mala persona pero se pasaba el día con la botella y jugando a las cartas", recuerda Daniela. Los otros hijos de la mujer corroboran su versión. "Nos pegaba pero sólo cuando estaba borracho", dicen ambos, un chico de 14 años y una niña de 12.
La familia no despierta muchas simpatías en este pequeño pueblo de 6.000 habitantes. Los vecinos se quejan del jaleo que había habitualmente en la vivienda, con gritos y música hasta altas horas de la madrugada, y los comerciantes de la zona se han mostrado su malestar de los continuos hurtos que sufrían.
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