Detenidas 12 personas por robar vehículos todoterreno en varias provincias
La banda los desguazaba en dos naves de Navalcarnero y Leganés y vendía luego las piezas
La Guardia Civil de Segovia ha desarticulado una banda que se dedicaba a la sustracción de vehículos todoterreno en provincias próximas a Madrid, en el centro peninsular, y luego los desguazaba en dos naves de Navalcarnero y Leganés para vender las piezas en talleres de reparación o en empresas de desguace de Madrid, Valencia y Oviedo. Los agentes han detenido a 12 personas e imputado a otras seis, por los delitos de asociación ilícita, sustracción de vehículo de forma continuada, daños y receptación.
Según explicó el teniente coronel jefe de la Comandancia de Segovia, Juan Manuel Jiménez, junto con la subdelegada del Gobierno, Teresa Rodrigo, se han esclarecido un total de 63 delitos de sustracción de vehículos cometidos en el último año -aunque no se han podido recuperar más de tres automóviles y dos motores-, en Ávila, Burgos, Cáceres, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Madrid, Segovia, Toledo, Valencia y Zaragoza.
Después de siete robos de coches similares en la provincia de Segovia, los agentes detuvieron, en abril pasado, a A.B., de 41 años, de nacionalidad lituana, que conducía un vehículo que acababa de ser sustraído. Al cabo de unos días el mismo hombre volvió a ser detenido en la provincia de Ávila conduciendo un vehículo de la misma marca y modelo, con signos evidentes de haberlo forzado para entrar en su interior. Tirando de ese hilo, fue emergiendo un grupo perfectamente organizado, ubicado en el poblado de Cañada Real Galiana, en Madrid, dedicado a la sustracción de vehículos todoterreno.
El presunto responsable de la banda, P.G.M., de 35 años, junto con varios miembros especializados en la sustracción de este tipo de coches, viajaban por la noche a provincias limítrofes con Madrid, donde localizaban los objetivos. Una vez sustraídos, para lo que utilizaban el sistema del puente (arranque del coche a través de la manipulación de sus cables) eran conducidos a sendas naves industriales en Leganés y Navalcarnero, donde eran desguazados en un plazo de uno o dos días. Posteriormente las piezas se vendían a varias empresas de desguace, posiblemente implicadas en la trama, ubicadas en Madrid, Valencia y Oviedo.
De acuerdo con el instituto armado, queda acreditada que P.G.M. pudo vender 119 motores de vehículos todoterreno al desguace de Valencia en el transcurso de un año. El traslado de las piezas se realizaba mediante vehículos de alquiler, que conducían por vías rápidas desde Madrid hasta su punto de destino, y por empresas de paquetería.
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