La "ciudad más bella de África"
El lugar que eligió Haile Selassie para darle tierras a los rastafaris del mundo fue Shashemene, un pueblo situado en un cruce de carreteras a unos 250 kilómetros al sur de Addis Abeba. Debía de ser la tierra prometida donde todos los pueblos, todas las razas hubieran vivido en paz. La meca del panafricanismo, la reunificación en la madre África de los rastafaris perdidos en la diáspora. Pero cuando llegas, la sensación no es precisamente esa. Es la de que has llegado a otro típico pueblo africano con bullicio a todas horas, donde cada local es un comercio, donde las calles están siempre embarradas, las casas siempre destartaladas y la gente va siempre de un lado para otro cargada de bultos. En 1979, Bob Marley visitó Shashemene. Fue el apogeo de la comunidad rastafari en Etiopía. Pero la muerte del emperador y la llegada del régimen comunista de Mengistu acabaron con el sueño. El idealismo que atrajo hasta aquí a cientos de jóvenes rastas en la década de los 70 se diluyó en el polvo de la sabana. Shashemene, a juzgar por lo que hoy pueden ver los viajeros, nunca llegará a ser la ?ciudad más bella de África?, donde todas las razas convivirían en igualdad.Asha, un vendedor de artesanía me decía: ?Es difícil saber con exactitud cuantos quedamos aquí, por que hay gente que va y viene, pero debemos de ser unos 200 rastafaris, más los niños. La vida en Shashemene está bien. Hacemos un esfuerzo por crear el autoempleo, hacemos gorros, bolsas, para ir tirando...tienes que ayudar a tu gente, ¿sabes?
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