Los pilotos recuerdan que los comandantes tienen la última palabra sobre los vuelos

Para los pilotos, la nube de ceniza del Eyjafjalla se ha convertido en un incómodo compañero de viaje sin número de asiento que obliga a añadir varios informes, previsiones y gráficos a los que habitualmente consultan poco antes de ponerse a los mandos del avión. El sindicato de pilotos SEPLA, que no tiene noticias de incidentes en vuelo por las cenizas, asegura que no existe inquietud ni temor en el colectivo, porque las decisiones que se están tomando son las adecuadas y la última palabra, según "una premisa básica de aviación, siempre la tiene el comandante, que es quien va a tomar la decisión" de si se vuela o no.

"El problema es que hubiera presiones, pero de momento no tenemos constancia de que eso sea así, con lo cual, en principio se está respetando ese precepto básico. No tenemos información de que haya habido presiones. No las aceptaríamos. La seguridad está por encima de los intereses económicos o cualquier otra cosa", explica Agustín Guzmán, portavoz de los pilotos, quien considera que la gestión de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) y de la Agencia Europea para la Seguridad en la Navegación Aérea, Eurocontrol, están siendo correctas: "En principio no tenemos datos que indiquen otra cosa".

Durante el despacho de vuelo, los comandantes reciben informes meteorológicos, de vientos, previsión de lluvias, la operatividad de los aeropuertos, el estado del avión... Es la antesala del viaje, en la que ahora también se habla de partículas volcánicas en suspensión, cenizas procedentes de Islandia, detallados partes del Servicio de Vigilancia de Volcanes de Londres (VAAC) o previsiones de dispersión de partículas por tramos horarios. "Es otra incidencia más, otra amenaza operativa, una ligera complicación como otras tantas que tenemos habitualmente en todos los vuelos", señala Guzmán. "Nadie en su sano juicio volaría de forma premeditada dentro de una nube volcánica. Nosotros también vamos dentro del avión", añade.

Este portavoz explica que "quizás el vuelo no es igual de tranquilo que antes", pero que "teniendo toda la información" para tomar "la decisión adecuada" es una contingencia más de su trabajo: "A corto plazo, tenemos que acostumbrarnos a trabajar con los efectos de la nube. De todas formas, a diario surgen multitud de cosas que no están previstas, o que está previsto que pasen o que sabemos que pueden pasar, pero que normalmente no pasan. Por ejemplo, podemos tener un pasajero enfermo o una deficiencia operativa...".

El cielo único europeo

El sindicato de pilotos opta por no mojarse demasiado a la hora de hacer una valoración sobre si la gestión del espacio aéreo español está siendo poco conservadora, si se está abriendo más la mano en comparación con lo que ocurre, por ejemplo, en el Reino Unido. "A día de hoy, la mejor estrategia es ser excesivamente precavido", señala Guzmán. Y señala que aunque las recomendaciones de Eurocontrol no son órdenes a día de hoy, todos los países las están teniendo muy en cuenta. "No creo que nadie vaya en contra de sus indicaciones, más que nada, porque luego, si se equivoca...". Eso sí, el SEPLA tiene claro que el avance hacia un cielo único europeo para unificar criterios es fundamental.

Los pilotos consideran que se pueden mejorar muchas cosas, afinar las previsiones, tener más satélites de vigilancia, colocar radares cerca de los volcanes... "Nosotros apoyaríamos todo ese tipo de medidas, pero el problema es que no creemos que haya ningún Estado que se quiera gastar esa cantidad de dinero para algo que pasa cada 100 años". De momento, Guzmán indica que esta experiencia debe servir para "estar mejor preparados a nivel de conocimientos científicos para poder tomar otro tipo de decisiones".

Conocimientos sobre vulcanología, y muchos, es lo que están adquiriendo los pilotos a marchas forzadas. Guzmán explica que hay aproximadamente una decena de volcanes activos que no perturban el tránsito de los espacios aéreos por su situación geográfica:

"Si las cenizas llegan a la estratosfera su dispersión es mayor. La estratosfera a latitudes altas -cuanto más al norte vayas o más al sur- se encuentra a menor altura; por lo tanto un pequeño volcán, aunque no sea tan explosivo como otros puede provocar este tipo de situaciones. Es lo que está pasando. La suerte que tenemos es que la mayoría de los volcanes activos están entre el Ecuador y los Trópicos".