Montilla convoca una reunión de partidos pro-Estatuto
El presidente de la Generalitat busca reforzar el frente unitario catalán en las Cortes
El presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, ha dado hoy un nuevo paso adelante en su estrategia para forzar la renovación del Tribunal Constitucional. Montilla ha convocado un encuentro de todos los partidos catalanes que votaron la resolución del Parlamento en defensa del Estatuto a una reunión que se celebrará este miércoles. El encuentro permitirá visualizar juntos a los portavoces de todas las formaciones que defienden la constitucionalidad del Estatuto, aunque el presidente de la Generalitat no prevé estar presente en el encuentro.
Con este gesto, Montilla espera dar un nuevo empujón al proceso para lograr la unidad de los partidos catalanes en las Cortes Generales, donde ahora debe presentarse la propuesta para modificar la Ley del Tribunal Constitucional. Este proceso ha encallado los últimos días después de que el portavoz de Convergència i Unió en el Senado haya declinado reunirse con Montilla. Sí lo hicieron los senadores del grupo de l'Entesa, que agrupa a PSC, ERC e ICV.
En todo caso y en paralelo a la negociación de la propuesta catalana en el Senado, la estrategia de CiU pasa en estos momentos por el Congreso, ya que apremia al PSC a presentar esta semana en la Cámara baja, junto al resto de diputados catalanes pro-Estatut, una propuesta de modifiación de la ley orgánica del TC. Pero la estrategia de Montilla y la que emana de la resolución que el Parlamento catalán aprobó con el apoyo de todos los partidos, menos el PPC y Ciudadanos, pasa en primera instancia por el Senado.
El texto que negocian plantea una reforma de la ley del TC que impediría a los magistrados con mandato caducado prorrogar más de seis meses su permanencia en el cargo, si bien CiU quiere añadir un punto que haga imposible que el alto tribunal dicte sentencia sobre estatutos refrendados por los ciudadanos.
Pero el escollo principal radica en que CiU exige trasladar esta propuesta no sólo al Senado, sino también al Congreso, porque podría aprobarse con mayor rapidez, aunque pondría al PSC en la disyuntiva de sumar fuerzas con los demás diputados catalanes o ceñirse a la disciplina de voto dentro del grupo socialista.
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