Tambores lejanos en la selva del Ituri
Me preguntáis por cómo y con quién me movía por el territorio de los pigmeos mbuti del río Ituri, en el Congo. Viajaba en una piragua de madera con dos pescadores bantú a los que contraté en un poblado cercano a la carretera que va a Kisangani. Uno de ellos hablaba kilese, una de las lenguas de los pigmeos, y me traducía al francés.Los pigmeos son gente afable, tímida y pacífica. Para su desgracia, están ya muy habituados al contacto con otros pueblos de alrededor y con blancos; un contacto en el que como ya expliqué casi siempre han llevado la parte menos favorecida. Oí hablar de grupos que vivían en lo más recóndito del Ituri y sus afluentes que aún se resistían a ese mestizaje, pero en las zonas que yo visité, más cercanas a la carretera (en realidad, una pista de tierra, la única de todo el este del Congo, que une Goma con Kisangani ) y por tanto a la supuesta "civilización", la aculturización y la disolución de sus modo de vida en otro ajeno era mayor. En varias aldeas vi especies de factorías de cestos y canastas hechas con hojas que los pigmeos hacían para cambiar en los mercados de los bantú e incluso para el incipiente turismo que en aquellos lejanos años empezaba a llegar por allí. Pero esa relación con los negros bantús no es reciente. Viene de siglos y ha sido objeto de estudio por parte de muchos antropólogos. Serge Bahuchet la definía como dos sistemas económicos diferentes, con sus propios métodos de producción y de consumo, pero con interferencia a nivel de producción. La similitudes y diferencias entre sus lenguas han dado también muchas pistas de esta interacción entre pigmeos y grandes negros en la cuenca del río Congo. Solo que en las últimas décadas la diferencia entre ambas culturas se ha magnificado, con la consiguiente pérdida para la más débil. Los pigmeos mbuti tiene un alto sentido de la musicalidad. Utilizan sus tambores y flautas en cuanto hay una oportunidad de fiesta o en grandes celebraciones y sus cantos polifónicos se elevan por encima de la canopia como un salmo celestial. Así los fotografíe el último día de mi estancia en el Ituri, cuando cantaron y bailaron en mi honor.
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.