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Condenados por abusos sexuales y exhibicionismo el padre y el abuelo de una menor

La condena de cárcel añade que ambos no podrán acercarse ni comunicarse durante una década con la joven, que ahora tiene 19 años

La Audiencia de Lleida ha condenado a Enrique Martínez a una pena de siete años y medio de prisión por agredir sexualmente a su nieta menor de edad. La misma sentencia también condena a su hijo y padre de la niña, Jorge Martínez, a 10 meses de prisión por un delito de exhibicionismo. La víctima tiene ahora 19 años.

El tribunal ha declarado probado que los hechos juzgados la semana pasada se produjeron en la localidad de Agramunt (Lleida) cuando la niña tenía entre 9 y 12 años y vivía en casa de sus abuelos paternos porque la madre tenía un horario de trabajo nocturno. Aprovechándose de esa circunstancia y con la intención de satisfacer sus instintos sexuales, Enrique Martínez, de 72 años, sometió a su nieta a diversas prácticas sexuales que se fueron repitiendo durante todo ese tiempo. El acusado le decía que era un juego secreto que no debía contar a nadie y aprovechaba para abusar de la niña cuando no estaba la abuela.

La sentencia relata que las agresiones consistieron en acariciarle los genitales introduciéndole los dedos en la vagina, besarle en la boca con introducción de lengua, tocamientos en los genitales y pechos y petición de felaciones que la menor, creyendo que realmente era un juego, llevaba a cabo. En una ocasión incluso intentó penetrarla, sin conseguir consumar la acción ante la negativa de la niña.

"Con ánimo libidinoso"

En cuanto a Jorge Martínez, la víctima explicó que cuando contaba 14 años y ya no residía con los abuelos, sino en el domicilio familiar, a su padre, "con ánimo libidinoso", le gustaba pasearse desnudo ante ella, conducta que llevó a cabo en varias ocasiones e incluso en calzoncillos delante de amigas.

En concreto, señala la sentencia, una noche que estaba presenciando películas de contenido pornográfico se dirigió desnudo, y con el pene erecto, al dormitorio de su hija y le pidió que le encendiera el ordenador, lo que repitió pocos minutos más tarde. En otra ocasión le pidió que le trajera una toalla recibiéndola en el baño de frente y totalmente desnudo. Asimismo, cuando veía películas eróticas, no mostraba recato alguno, siendo consciente de que sus hijas se encontraban en el domicilio y pasaban por el comedor.

Jorge Martínez ya fue condenado el pasado mes de mayo a un año de prisión y cinco de alejamiento de su hija por haber instalado una cámara de vídeo en el baño al sospechar que sufría de anorexia. Todos estos hechos, a juicio del tribunal, ocasionaron a la menor importantes desequilibrios emocionales por los que necesitó ayuda psiquiátrica e incluso fue internada en un hospital de día para recibir tratamiento.

La condena establece que el abuelo no podrá acercarse ni comunicarse con la joven durante 10 años y el padre durante tres. Además, deberán indemnizarla con 15.000 y 3.000 euros, respectivamente.

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