Algo está ocurriendo estos días en las dehesas y los complejos lacustres de la península ibérica. Ciento de miles de viajeros procedentes de Escandinavia, de las repúblicas Bálticas y hasta de Rusia atraviesan el continente para pasar aquí del invierno.
¿Nos invaden de nuevo las suecas? ¿empleados de IKEA?
No. Son las grullas, esas enormes aves de silueta estilizada, largas patas y cuello y plumaje gris que como cada año, cumplen su rito anual de migración hasta las dehesas españolas huyendo de los fríos nórdicos.
Las grullas llevan viniendo cada mes de noviembre a España desde tiempos inmemmoriales. Pero como a los humanos nos gusta etiquetarlo todo y aprovecharlo todo, se han convertido ahora en un excelente reclamo turístico para las zonas en las que anidan.
La laguna de Gallocanta celebró el pasado fin de semana el Festival de las Grullas de Gallocanta . Si no la conocéis, no debéis de demorar una visita a esta hermosa laguna cercana a Daroca, entre los límites de Teruel y Zaragoza. Un buen año pueden aterrizar allí hasta 100.000 ejemplares de grulla. La nube que forman al atardecer, cuando regresan de comer en busca del cobijo nocturno de la laguna, ensombrece al ocaso y es uno de los espectáculos más fascinantes de la naturaleza. Aparecen en perfecta formación, en un ballet aéreo lleno de armonía, con la banda sonora de su típico canto: ?kruu-kruu?, ?kruu-kruu?. Abajo, cientos de curiosos y amantes de las aves observan cada tarde el fenómeno extasiados.
Este fin de semana empieza el Festival de las Grullas de Extremadura , otro destino clásico de estas aves. Allí, entre las copas de las encinas de las dehesas, invernan entre 60.000 y 80.000 ejemplares. Otro espectáculo. Y una buena excusa para mover el culo este fin de semana, coger el coche y darse un garbeo por la bella Extremadura.
PD: La foto es de Pedro Retamar, compañero, buen periodista y excelente fotógrafo de naturaleza que también tiene un blog de viajes .
Comentarios
Eso, tu anima... que vayan un millón de coches a Gallocanta, que el señor del bar se pondrá las botas, pero no sé yo si a las grullas les viene bien tanta visita, en Extremadura nunca las he visto, no suelo ir por estas fechas y puede ser una opción a no ser que la cosa ya esté como en primavera con lo de los cerezos, sin sitio en ninguna parte y los precios por las nubes (creo que estoy un poco negativa). Está bien lo de hacerse una excursión... aunque sea para ver gorriones. Un abrazo.
Hola Paco! Estuve en la Laguna de Gallocanta y vi las grullas con mis prismáticos, que soy una currante pero con vocación de nómada...y me gusta leer cómo lo cuentas. Tu rito de migración particular me parece más interesante que el de las grullas, je, je...Un abrazo (desde tierra)
Y yo pensé que lo de "las grullas" era un mito, un insulto:"¡Das más guerra que una pareja grullas!", decía el maestro de mi pueblo cuando yo era pequeño.¡Y ahora resulta que nuestro amigo "paco-nadal" nos las revitaliza y las convierte en paisaje imprescindible!.Sin son verdad y son naturaleza pura y dura, pues bienvenidas sean.¡Anda que no las he visto yo en el cielo formando una perfecta flecha!.Gracias, joven.
La laguna de Gallocanta es un pequeño paraíso. Claro, qué te diré yo. ;-)
Beatriz del Castillo: te felicito!! Seguro guardarás ese regalo en tu memoria para siempre. Y que te cunda !
Pues qué buena idea para este finde...
Sí, vienen las grullas y ojalá se comiesen los tomates de los que han regado sus campos con el agua de las Tablas de Daimiel. !Qué habitantes de un país!.
Esta primavera cuando subían a Europa, pasaron justo por el centro de Madrid, cientos de miles de ellas, era increíble. De pronto, a la altura de la torre europa un grupo de ellas empezó a dar vueltas y vueltas en redondo, haciendo un ruido increíble, como si se hubieran desorientado. Unos 15 minutos después, pasó un grupo enorme con su habitual formación en punta de flecha, y como si todo se ordenara de nuevo, el grupo que daba vueltas volvió a la formación detrás de las "rescatadoras" fué increíble, una detras de otra volvieron a su lugar .....no me lo podía creer, ¡ Ese espectáculo justo delante de la terraza de mi casa!. Me sentí afortunada de haber sido testigo de algo tan especial. La naturaleza es asombrosa.
Es época de migraciones, sí señor, algunos pajarracos del sur también vuelan ahora hacia el norte.Mola. Yo de la grulla sólo conocía su posición, ideal para practicarla al amnecer después de haberle robao la cinta de música al chinorris del restaurante de abajo, "La gran muralla".Gñé.Abrazos.
Hola Paco, me encanta este tipo de post. A diferencia de los "lugares turísticos", éstos son los "momentos turísticos".Extremadura me pilla por aquí cerca. Lo mismo doy un salto.Por cierto, te he perdido la pista, ¿por dónde estás ahora?.Un abrazo.
Uno de los encantos de viajar es encontrar en lo cotidiano ese imán que atrae, no? Como esta historia de las grullas viajeras. En caso de que pases por Suiza, el Bernina Express te puede interesar, si no lo has tomado ya, los paisajes en toda la ruta son espectaculares. Un abrazo.
Estas imágenes hacen sentir bien ...........que el equilibrio no ha desaparecido.Un abrazo
que son las grullas?
que son las grullas????
tonyp, AMEN.
Altas, estilizadas con piernas interminables y grácil figura, podían ser las míticas suecas, pero no, ya nos lo dice Paco para nuestra desilusión; son las grullas nómadas que cada año nos visitan, pues bienvenidas sean y ojalá lo pasen bien por aquí porque eso significa que tenemos "salud ambiental", claro, a menos que una multinacional nos polucione nuestras reservas naturales. Solo me queda decir, vengan las grullas y vuelvan las suecas.Un abrazo Paco.
"La nube que forman al atardecer, cuando regresan de comer en busca del cobijo nocturno de la laguna, ensombrece al ocaso y es uno de los espectáculos más fascinantes de la naturaleza. Aparecen en perfecta formación, en un ballet aéreo lleno de armonía, con la banda sonora de su típico canto..." ¡Qué lindo lo has dicho!
Por mi pueblo, Las Navillas en Toledo, también pasan las grullas.
He visto a veces, pasar aves en formación, en dirección al sur, haciendo bastante ruido... pero no he sabido identificar qué tipo de ave es. Este año no las he visto todavía...Lo que veo todas las mañanas son los gorriones en el seto del jardín, esperando el desayuno, esos han hecho su casa en mi jardín y no emigran, se han creído que están en un hotel de cinco estrellas. ¡Ingratos! no me dejaron ni una uva de la parra, ¡cría gorriones... y se aprovecharán de tí!Fuera bromas, es maravilloso pensar que las grullas siguen eligiendo España para pasar el invierno. Se conoce que no las tratamos tan mal.Un abrazo
La foto es magnífica y tu explicación muy entusiasta y profesiona, como siempre. Lástima que no tengamos a punto el coche para visitar Gallocanta; la última vez fue en verano y estaba muy sequita la laguna en cuestión. No he tenido ocasión de ver ese magnífico espectáculo en Extremadura pero sí en la costa, cerca de los humedales de la Albufera y aledaños. Cada día, al ponerse el sol, se ven llegar sobre las arenas de la playa, cantidad de aves que buscan el descanso en los humedales de Puzol, Sagunto... ¡Una gozada!
Yo, cuando oigo hablar de las grullas, no puedo evitarlo y me pongo en disposición de, como mínimo, hacer el árbol (de tai ji, claro)...Muy bueno el enlace de tu amigo fotógrafo.
Hola amigo, tu foto es bellisima, representa mucha paz y serenidad... eso es lo que trasmiten las grullas cuando estas frente a la laguna... Te felicito por tu descripcion, es muy buena. Saludos!
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