Paris Hilton lucha por sus derechos
Un juez da la razón a la millonaria y admite que la empresa Hallmark Cards utilizó su imagen sin premiso
La justicia ha decidido que Paris Hilton podrá seguir adelante con la demanda que interpuso contra Hallmark Cards por el uso indebido de su imagen y de su frase típica "That's hot" en una tarjeta de cumpleaños hace un par de años.
La demanda fue presentada en septiembre de 2007. Paris Hilton reclamó a la multinacional de tarjetas de felicitación la nada desdeñable cifra de 500.000 dólares (unos 363.000 euros) por uso fraudulento de su imagen. La compañía salió al paso alegando en un comunicado oficial que se trataba de una serie satírica que parodia a celebridades y a políticos, para lo cual posee derechos.
Una escena de su programa
Hilton sostuvo en su momento que Hallmark había violado su privacidad y derechos de publicidad al robar una escena de su reality The Simple Life en una tarjeta de cumpleaños que se titula: El primer día de Paris como camarera.
La tarjeta muestra una cara parecida a la de Hilton sobre el cuerpo caricaturizado de una camarera que sirve un plato de comida al cliente de un restaurante. La camarera le dice al cliente: "No toque eso, está caliente". El cliente pregunta: "¿Qué está caliente?", a lo que Hilton responde: "Eso está caliente", en referencia a la temperatura del plato. En el interior de la tarjeta se puede leer: "Que tengas un caliente feliz cumpleaños" ("Have a smokin' hot birthday")
Tres jueces de la Corte Federal de Apelaciones han rechazado el argumento de Hallmark, que había señalado que la tarjeta no aludía directamente a la heredera de los hoteles Hilton y, por ello, merecía la protección automática de la ley. La defensa de la empresa argumentaba que la ambientación de la tarjeta no era la misma que Paris usa en su programa The Simple Life y que la frase "That's hot" se refería a la temperatura del plato, por lo que no está usada en el mismo contexto.
Sin embargo, aunque destacó las diferencias con el show televisivo, el juez Diarmuid O'Scannlain ha concluido que: "La ambientación básica es la misma: vemos a Paris Hilton, nacida con privilegios, trabajando como camarera".
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