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Reportaje:

La ciudad que pudo ser

Arts Santa Mònica presenta diferentes visiones de la nueva cultura arquitectónica, a través de proyectos efímeros, utópicos, fallido y nunca construidos

Desde el punto de vista medioambiental, los edificios de nuestras ciudades están enfermos y el que acoge el Arts Santa Mònica no se escapa a esta triste constatación. Para demostrarlo el arquitecto Enric Ruiz-Geli ha colocado un conjunto de sensores, que hasta el 25 de octubre irán monitoreando el antiguo convento, reconvertido en centro de arte por Albert Vilaplana. El objetivo es estudiar como puede evolucionar su arquitectura para transformarse en un edificio sostenible, autosuficiente y en sintonía con su entorno.

La iniciativa forma parte de A green new deal, un proyecto expositivo que reúne los trabajos de Ruiz-Geli, especialmente relacionados con innovaciones de carácter energético. "Son los edificios y no los coches, los mayores responsables de las emisiones de CO2 y en consecuencia del efecto invernadero. Por otro lado, la ONU ha fechado el fin del petróleo en un máximo de 20 años, así que ya no es suficiente realizar construcciones sostenibles, hay que convertirlas en productoras de energías limpias", afirma el arquitecto, que ganó el proyecto para el nuevo Acuario de Nueva York. La de Ruiz-Geli es una de las cuatro exposiciones, abiertas hasta el otoño, que conforman el primer ciclo que el Arts Santa Mònica dedica a la arquitectura y más concretamente a la de Barcelona y Cataluña.

"Queremos impulsar una reflexión universal a partir de problemáticas locales", indica el director del centro, Vicenç Altaiò. La novedad es que las cuatro propuestas no se centran en los grandes edificios ni en los autores célebres, mas en la arquitectura invisible, es decir las obras utópicas, efímeras o simplemente que nunca llegaron a construirse, de las que sólo quedan recuerdos en forma de dibujos, maquetas y planos. Decenas de ellos se despliegan en el caos voluntario de Arquitecturas sin lugar, un gigantesco archivo que reúne 40 años de proyectos descartados, fallidos, demolidos o sólo imaginados, a partir de nueve concursos de obras, especialmente relevantes para la evolución del panorama barcelonés. De las obras ganadoras, que ya se han convertido en realidad, no hay referencia y eso, junto a la falta de cartelas explicativas, la convierte en una exposición difícil de metabolizar para un público de no iniciados.

El objetivo es demostrar que las elecciones arquitectónicas hubiesen podido ser más sostenibles y diseñar otra ciudad, pero toca a los visitantes imaginarse una Barcelona alternativa. "Esta muestra refleja la voluntad de romper la estructura piramidal de la transmisión del conocimiento, apostando por una aproximación horizontal y en red. Por eso no hay categorizaciones, sino que se trabaja sobre el conjunto de la información", explica Altaiò. Sin embargo, más allá de toda justificación conceptual, resulta dura incluso la exposición menos técnica, After architecture. Tipologías del después, comisariada por Martí Peran, que reúne 17 proyectos artísticos, a menudo minimalistas memorias fotográficas de intervenciones reales o utópicas en el territorio, que reflexionan sobre la separación entre la arquitectura de las ideas y su aprovechamiento práctico por parte de los usuarios.

Manen, crítico e historiador, ofrece la visión de los artistas sobre lo que pasa después de la construcción, a partir del análisis de las intenciones y los fracasos de los proyectos arquitectónicos, de cómo la vida real modifica los edificios en función de sus necesidades y de cómo el entorno y las dinámicas sociales afectan la evolución de las construcciones. A nivel visual, sin duda la más grata es US Trade Center Graphics in Europe, una instalación del artista Tom Carr, que presenta la producción gráfica para los centros comerciales americanos en Europa, del galerista y coleccionista italiano, afincado en Cadaqués, Lanfranco Bombelli, a lo largo de una década, entre 1967 y 1977.

La muestra incluye unas reproducciones a tamaño real de los gráficos, unas piezas de Duchamp, Cage y Hamilton, que contextualizan el espíritu de la época y decenas de dibujos, inéditos hasta la fecha, que se puede visualizar a través de un libro digital.

Más información en Quadern

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