Un viejo sabio contra el 'main stream economics'

Los que fueron compañeros de docencia y de trabajo del catedrático de Economía Luís de Sebastián (Burgos, 1934-Barcelona 2009), fallecido el pasado 25 de mayo, le rindieron ayer un sentido homenaje en la sede barcelonesa de la escuela de negocios Esade, de la que el ex jesuita fue director del departamento de Economía y era profesor emérito. El rector de la Universidad Centroamericana de El Salvador (UCA), Rodolfo Cardenal, que también participó en el acto, recordó que los 10 años en que Sebastián estuvo trabajando en esa universidad latinoamericana marcaron su vida hasta el extremo que desde entonces habló de los salvadoreños como de "su pueblo".

Fue el también rector de la UCA, Ignacio Ellacuría, asesinado en 1989, recordó Cardenal, quien introdujo a Sebastián "por los caminos de la liberación y le abrió el horizonte para contribuir a erradicar la pobreza del mundo". Desde aquel momento los análisis económicos de Sebastián, "tuvieron un más claro trasfondo ético", que traslucía en sus múltiples escritos de la época sobre la deuda externa latinoamericana, la distribución de la riqueza, las reformas agraria, comercial, bancaria y fiscal y en los más recientes, dedicados al neoliberalismo, el imperialismo, la solidaridad, África y el hambre.

"Ante la miseria del mundo empobrecido le inquieta la deshumanización de tanto buen vivir", explicó. Eso es lo que le llevó a describir realidades tan paradójicas e injustas como las que dieron título a sus últimos libros. Un planeta de gordos y hambrientos y África, pecado de Europa. En el acto se proyectaron varios videos de entrevistas a Sebastián en los que él mismo explica cómo era perfectamente consciente de su posición como intelectual crítico.

Para los economistas jóvenes, explicaba en una de estas entrevistas, ha sido difícil situarse contra las corrientes de pensamiento dominantes en economía durante las últimas décadas, el main stream economics neoliberal. Si lo hacen, dijo, dejan de ser tenidos en cuenta en el mercado profesional. "Sólo los viejos nos atrevemos a cantar fuera del coro", dijo en una de estas entrevistas.

"El marxismo ayuda entender los marcos"

Esta impertinencia y esa libertad le permite explicar así parte de su trayectoria: "Yo no soy marxista, pero lo fui. El marxismo ayuda a entender los grandes marcos. Una vez entendidos, hay que superarlos". Para él, que en 1980 había dejado la orden de los jesuitas a la que perteneció desde 1950, eso incluía sin embargo mantener "los principios cristianos del amor al prójimo".

La influencia de Sebastián como economista y profesor fue glosada también, con emocionadas palabras, por varios de sus compañeros y ex alumnos; por Carlos Losada, director de Esade; Rafael Nadal, director de El Periódico de Catalunya, a cuyo consejo editorial Sebastián pertenecía; y por la infanta Cristina de Borbón, en representación del Área Social de la Fundación La Caixa, de la que Sebastián fue también asesor. "Debo confesar que en la mirada de Luis pude descubrir una nueva América", dijo tras subrayar que los programas de cooperación de esa entidad financiera con El Salvador habían crecido al compás de los consejos del profesor. José Maria Mena, ex fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, definió a Sebastián como "un intelectual crítico y autoexigente", que practicaba una "serena radicalidad ética".

Si Rodolfo Cardenal había señalado que los años de estancia en El Salvador se habían convertido para Sebastián en experiencia "constitutiva", Mena le definió también como "burgalés transatlántico" y, como él, "catalán de adopción". Uno de los dos hijos del profesor Sebastián, Yosko, agradeció el homenaje en nombre de la familia y reafirmó una de las ideas que habían sido repetidas a lo largo del acto como legado del "viejo sabio" master por la London School of Economics, doctorado en el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Ginebra, licenciado en filosofia por el colegio Bergmman de Munich, en Ciencias Sociales por la Universidad Gregoriana de Roma y en teología por el Heythrop College de la Universidad de Londres: "Nos deja la herencia de una profunda fe en el amor como elemento de transformación del mundo".