Joan Ponç, reivindicado a los 25 años de su muerte
La Primera Jornada Ponciana tuvo lugar el pasado jueves 30 de abril en la Sala Mirador del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona
El paso del tiempo permite que la obra de un artista se imponga por su propio peso. Un cuarto de siglo después de su muerte, y pese al relativo olvido en el que ha permanecido la figura de Joan Ponç (1927-1984), el que fuera miembro fundador del grupo Dau al Set en 1948, se ha convertido en un elemento imprescindible para entender la pintura de la segunda mitad del siglo XX en Cataluña.
Paradójicamente, la fama de la que Ponç gozó en vida, pareció diluirse a lo largo de estos últimos 25 años, en el que han sido escasas las exhibiciones de su obra ?ninguna exposición antológica? por no hablar de la inexistencia de un catálogo razonado.
Para reivindicarlo, nació hace poco más de un año la Asociación Joan Ponç, fruto de la confabulación de un grupo de poetas como Jordi Carrió, Carles Duarte, Lluís Calvo, Ramon Balasch y Marc Cuixart; los galeristas Joan de Muga y Dolors Junyent; el crítico de arte Arnau Puig; el coleccionista Ventura Garcés, y el director de la revista Bonart, Ricard Planas.
Catálogo razonado
La primera iniciativa ha sido la creación de Edicions Poncianes, que publicará no sólo los textos inéditos del pintor, sino también las obras que se le dediquen y aquellas que puedan considerarse influidas por el universo ponciano. Asimismo, Sol Enjuanes, que está realizando su tesis doctoral sobre Ponç, será la responsable de llevar a cabo el catálogo razonado, junto con Anna Agustí, responsable también del inventario de la obra de Antoni Tàpies, otro de los fundadores de Dau al Set.
El catálogo razonado, esperan los miembros de la asociación, permitirá sacar a la luz la cuantiosa obra del pintor. Según Enjuanes, será difícil establecer cuántas obras forman el corpus de Ponç, porque realizó una gran cantidad de dibujos. "Pero trabajamos sobre la base de que serán sobre unas 4.000 piezas". Hasta la fecha, hay algo más de 1.800 catalogadas.
El alma de la asociación es su presidente, Jordi Carulla-Ruiz, para quien Ponç es un autor imprescindible que debe ser aún descubierto por el gran público. "Ha sido víctima de un olvido injusto por parte de los organismos públicos y su legado artístico pocas veces se puede ver en los museos", considera.
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