La chica del gorro de lana
Comentarios
Realmente es mágico como lo cuentas. Por momentos estaba allí.
Hola Paco, hacía mucho que no visitaba el blog, error fatal, ahora tendré que leer un montón de posts atrasados. Permíteme decirte que deberías haberte acercado a la chica, esa sensación que describes de remordimiento sano no es buena, aunque probablemente la chica se hubiese asustado, el perro te habría mordido y si no tiene más de 18 years old hubieras acabado en la cárcel. Mejor así. Saludos
Joder, Paco. ¿Y se marchó? ¡Hay que ver! ¿Ni siquiera una foto de más cerca? Encantador relato. Nos hemos quedado con las ganas...
Una de las cunas del romanticismo más arrebatador es la isla en la que te encuentras, y esta deliciosa entrada parece ser una expresión del mismo.Gracias y un abrazo.
He saboreado el paisaje, sentido el fresco del viento y visto a la chica del gorro de lana jugando con el perro. Me has hecho vivir el paisaje que nos relatas.Un abrazo, Paco.
Qué forma rara de ilustrar tu nota. ¿O es acaso una ironía sobre la oportunidad perdida? En todo caso, comparto las alabanzas de los que me preceden.
Así de mágica es tu prosa, hermosísima forma de contar tus sensaciones, me has transportado al lugar de la fotografía.Besos desde la primavera de Madrid.
Sí mágico, tanto como si Dylon Thomas se te hubiera metido en el cuerpoPD1:Estabas en el mismo lugar que aparece en la foto del link, verdad?PD2: Estuve revisando poesías de Dylon Thomas en Google, es relmente apocalíctico. Nombra tantas veces al mar como a la muerte...Invisibles, tus mareas medidoras del tiempoirrumpen en las camas galantes de las algas;el alga del amor se vuelve mustia;allí en torno a tus piedrassombras de niños van, que desde su vacíolloran ante el mar colmado de delfines.
Exquisito momento has contado para imponernos Gales como 'LUGAR'. Has tenido suerte,......., A mí no me has convencido (Me gusta más la chica que Gales).Un abrazo, mi niño.
Soy una coruñesa que ha crecido junto al mar y conoce sus movimientos como la palma de su mano... Ahora mismo me encuentro en Perugia, entre las colinas umbras, en donde el único viento que toca mi cara es el de la tramontana.Gracias por traerme un poco de brisa marina.
hola, he estado leyendo este blog, desde hace un rato ya, pero no hallaba la oportunidad de comentar algo, pero este relato tan... tan vivo, me hizo sentir en la escena, y me hizo querer comentar :)me gustan mucho tus posts, y en especial las fotos :D (lo dice una fotógrafa novata jaja) y una pregunta, como haces para viajar tanto? parte del trabajo? o puro placer? (si no es intromisión preguntar, claro :)
Vaya relato, esto es más que un post, más que una declaración, más que...en fin, no me creo lo de la apatía, te veo completamente entregado al momento, al lugar, y sintiendo profundamente todo el instante, haciéndolo tuyo y creciendo con cada brochazo solar, con cada ola. De apático, ná de ná, lo siento. No te habrás enamorado de la chica del gorro de lana (título genial para un relato), pero lo has hecho del momento, efímero perse, eterno para tí. [:)]
Ciertamente, sitios así como el que describes, despiertan la vena poética de cualquiera.., pues esta entradatuya, no es ninguna crónica, es poesía pura...en prosa, pero poesía!Me imagino y más, casi estoy segura que en ese viaje tuyo llevas de compañía a Dylan..:)Fue un inmenso placer leerte Paco......y sigo...
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