Detenida una banda de ladrones de bancos cuando iban a pasarse a las joyerías

La Policía ha desarticulado una banda de atracadores y ha detenido a sus cuatro miembros, tres argentinos y un ecuatoriano, que robaron presuntamente tres bancos de Alicante y Madrid. Fueron arrestados en la localidad madrileña de Parla cuando iban a perpetrar el cuarto atraco, esta vez en una joyería. El grupo estaba asentado en Málaga pero tenía también infraestrutura en Madrid.

A los detenidos, dos hombres y una mujer, de entre 29 y 33 años, se les atribuyen dos robos en la provincia de Alicante, donde en un principio establecieron su base de operaciones, según informa la dirección general de la Policía y la Guardia Civil. En concreto, los golpes los cometieron en bancos de San Vicente de Raspeig y Torrevieja el pasado mes de octubre. Tras estos dos atracos, la Guardia Civil había conseguido detener a uno de los integrantes del grupo, pero el resto de sus miembros, con el líder de la banda -A.F.- a la cabeza pudieron trasladarse a la provincia de Málaga.

Desde este "nuevo asentamiento" se desplazaban periódicamente hasta Madrid para preparar y cometer otros asaltos, como el perpetrado en una sucursal bancaria en noviembre. El grupo contaba con una vivienda en la que se reunían para tramar sus planes delictivos y en la que ocultaban armas de fuego y otras herramintas que usaban para los atracos, en los que también se valían para la huida de una motocicleta. La banda de atracadores había sido interceptada por la Policía días antes del que iba a ser su cuarto atraco, cuando los agentes los vieron merodeando por la joyería a bordo de la motocicleta.

Su intención era llevar a cabo el robo, pero tuvieron que desistir debido a que había varios clientes en el interior y a la presencia de un vehículo policial patrullando en la zona. Sin embargo, los agentes verificaron que su intención era perpetrar el atraco ya que dejaron estacionada muy cerca de la joyería la motocicleta sustraída que iban a emplear en la huida. A los detenidos se les han intervenido dos armas de fuego, prendas para cubrir sus rostros, pegamento para impregnar las yemas de los dedos y no dejar huellas, un martillo para romper las vitrinas y bridas para maniatar a los empleados.