Alcalá exhibe el mayor cráneo de oso cavernario de la Península
El Museo Arqueológico Regional lo incorpora a su exposición permanente
Mide 50 centímetros y está considerado por los expertos el cráneo de oso de las cavernas más grande localizado en la Península Ibérica. Desde hoy, forma parte de los fondos del Museo Arqueológico Regional (MAR, Plaza de las Bernardas, s/n Alcalá de Henares), que lo exhibirá en su exposición permanente en unos dos meses. El fósil de cráneo de Ursus spelaeus, como se denomina en el ámbito científico a este oso de gran tamaño que vivió durante el Pleistoceno tardío en buena parte de Europa, ha sido cedido hoy al MAR por el catedrático de la Escuela de Minas de la Universidad Politécnica de Madrid, Trinidad de Torres, quien lo localizó en 1971 en las excavaciones llevadas a cabo en la Cueva del Reguerillo de la localidad madrileña de Patones.
Trinidad de Torres fue el descubridor también del primer resto humano -una mandíbula- en Atapuerca (Burgos) cuando excavaba en busca de restos de Ursus spelaeus para su tesis doctoral. Hasta hoy, el cráneo ha permanecido en el Museo Histórico Minero Don Felipe de Borbón y Grecia de la Escuela de Minas, pero a partir de ahora este fósil, el primero de estas características que posee el MAR, pasa a formar parte de sus fondos.
Luchas con hienas y hombres
Antes de su exhibición en la exposición permanente, el cráneo tendrá que pasar por las manos de los expertos en restauración del taller del propio museo, por lo que se calcula que el público no podrá verlo hasta dentro de mes y medio o dos meses, según las fuentes del propio MAR. Los osos de las cavernas vivieron en la Península Ibérica durante el Pleistoceno medio y superior y, según el MAR, es el más grande de los localizados en este ámbito geográfico.
El oso cavernario apareció hace 250.000 años y se extinguió hace unos 10.000. La especie fue muy prolija en países como España, Francia, Inglaterra, Alemania, Italia, los Balcanes y el Cáucaso, "zonas montañosas protegidas de los vientos que servían de refugio a los últimos bosques del continente", indica el MAR en una nota de prensa.
Los osos cavernarios, que medían 130 centímetros de altura en la cruz -rivaliza en tamaño con los modernos osos Kodiak y los polares- y llegaban a pesar 440 kilos, tuvieron que luchar con otros carnívoros, entre ellos los actuales osos pardos, hienas gigantes y leones para hacerse con las cuevas, que también les eran disputadas por los hombres primitivos, tanto neandertales como homo sapiens. Los ejemplares hallados en la Cueva del Reguerillo, que contiene además numerosas muestras de arte rupestre paleolítico, constituyeron la población estable de esta especie más meridional de Europa, de ahí la importancia de esta donación.
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