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Paliza a un conductor de 'búho' en Villalba

La víctima, de baja por un botellazo en el hombro.- UGT pide más seguridad

"La suerte es que la botella me dio en el hombro, si me da en la cabeza me la rompe". El que habla es José Miguel Lucas, de 37 años y conductor de autobuses de la empresa Larrea adscrito al servicio búho o nocturno de la línea Madrid-Guadarrama. Denuncia que sufrió una agresión a las dos y media de la madrugada del pasado sábado al domingo en la primera parada, Collado Villalba. Los agresores, dos chicos "borrachos". El único motivo que Lucas encuentra a lo sucedido es que se negó a que uno de ellos se montara gratis. Éste fue su brutal modo de vengarse. Tras esta paliza, UGT exige o la retirada del servicio nocturno o que se garantice la seguridad de los trabajadores mediante vigilantes o policía.

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Lucas, que dice que uno de ellos era extranjero y del otro no lo sabe porque no le oyó hablar, ha explicado a este periódico que sufre una lesión en el hombro y múltiples contusiones. Está de baja. Los dos individuos que le agredieron se montaron en el autobús en Madrid y uno de ellos quería hacer el viaje sin pagar, él se negó como es su obligación y finalmente ambos pagaron el tique.

El conductor creyó que el incidente había concluido pero, cuando el autobús llegó a la parada de Collado Villalba, los jóvenes empezaron a insultarle y, al bajarse, antes de que pudiera cerrar la puerta, le tiraron una botella de alcohol. El conductor decidió bajarse del autobús sin percatarse de que uno de ellos le esperaba preparado "con un cinturón en la mano", enroscado y con la hebilla en la punta. Empezó a azotarle la espalda con el cinturón -lo que le causó múltiples contusiones y lesiones- y el conductor intentó defenderse, pero el amigo del agresor le tiró una botella vacía a la cara. Mala puntería, le dio en el hombro.

Un vigilante en cada autobús

El conductor pudo pulsar el botón de emergencia instalado por su empresa -es un sistema de comunicación a una central de alarmas mediante GPS- y llegó la Guardia civil, pero ya era tarde, los agresores habían huido, alertados por los gritos de uno de los pasajeros. La víctima acudió al Centro de Salud y a la Guardia Civil para presentar una denuncia. El portavoz de UGT en el comité de empresa de autobuses Larrea, Julio Mateo, ha destapado el caso. Tras lo que describe como una "brutal paliza", el sindicato ha exigido más medidas para paliar la indefensión de los conductores de este servicio nocturno.

Para este representante sindical, los sistemas de protección con que cuentan los conductores del servicio búho, como la activación del sistema GPS con que cuentan, "no es suficiente", "porque transcurre mucho tiempo desde que se activa la alarma hasta que llega la policía". Por ello, el sindicato solicita a la empresa de autobuses Larrea y al Gobierno regional, "o bien que suspendan el servicio nocturno o que pongan un guarda de seguridad o un policía en cada autobús", porque, a su juicio, "la hostilidad verbal es la moneda corriente de cambio en el servicio nocturno de autobuses".

El último caso se produjo el 20 de octubre, cuando un conductor de la empresa de autobuses Martín fue agredido en Leganés por un viajero que le dio un puñetazo en un ojo cuando se enteró de que no tenía cambio de 10 euros y que, por lo tanto, no podía adquirir su billete de viaje, según denunció CC OO. La agresión, que fue denunciada también por el trabajador ante la policía, tuvo lugar en la línea 481, que cubre el recorrido entre el hospital Severo Ochoa de Leganés y la Plaza Elíptica de Madrid. UGT no descarta convocar movilizaciones si no se toman medidas para impedir que vuelvan a producirse episodios violentos contra estos trabajadores.

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